martes, 17 de mayo de 2016

Comentario CIC al YouCat Pregunta n. 38. Parte V.



YOUCAT Pregunta n. 38. – Parte V. ¿Quién es el «Espíritu Santo»?


(Respuesta YouCat – repeticion) El Espíritu Santo es la tercera persona de la Santísima Trinidad y de la misma naturaleza divina del Padre y del Hijo.

Reflecciones y puntos a profundizar (Comentario CIC) (C.I.C 248) La tradición oriental expresa en primer lugar el carácter de origen primero del Padre por relación al Espíritu Santo. Al confesar al Espíritu como "salido del Padre" (Jn 15,26), esa tradición afirma que este procede del Padre por el Hijo (cf. Ad gentes, 2). La tradición occidental expresa en primer lugar la comunión consubstancial entre el Padre y el Hijo diciendo que el Espíritu procede del Padre y del Hijo (Filioque). Lo dice "de manera legítima y razonable" (Concilio de Florencia, (año 1439): DS 1302), porque el orden eterno de las personas divinas en su comunión consubstancial implica que el Padre sea el origen primero del Espíritu en tanto que "principio sin principio" (Concilio de Florencia, (año 1442): DS 1331), pero también que, en cuanto Padre del Hijo Unico, sea con él "el único principio de que procede el Espíritu Santo" (II Concilio de Lyon, (1274): DS 850). Esta legítima complementariedad, si no se desorbita, no afecta a la identidad de la fe en la realidad del mismo misterio confesado.

Para meditar     

(Comentario YouCat) Cuando descubrimos la realidad de Dios en nosotros, entramos en contacto con la acción del Espíritu Santo. Dios «envió a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo» (Gal 4,6), para que nos llene completamente. En el Espíritu Santo el cristiano encuentra una alegría profunda, la paz interior y la libertad. «Pues no habéis recibido un espíritu de esclavitud para recaer en el temor, sino que habéis recibido un Espíritu de hijos de adopción, en el que clamamos: ¡Abbá, Padre!» (Rom 8,15b). En el Espíritu Santo, que hemos recibido en el Bautismo y la Confirmación podemos llamar a Dios «Padre».    

(Comentario CIC) (C.I.C 247) La afirmación del Filioque no figuraba en el símbolo confesado el año 381 en Constantinopla. Pero sobre la base de una antigua tradición latina y alejandrina, el Papa san León la había ya confesado dogmáticamente el año 447 (Cf. Epistula Quam laudabiliter: DS 284) antes incluso que Roma conociese y recibiese el año 451, en el concilio de Calcedonia, el símbolo del 381. El uso de esta fórmula en el Credo fue poco a poco admitido en la liturgia latina (entre los siglos VIII y XI). La introducción del Filioque en el Símbolo Niceno-Constantinopolitano por la liturgia latina constituye, todavía hoy, un motivo de disención con las Iglesias ortodoxas. (C.I.C 264) "El Espíritu Santo procede principalmente del Padre, y por  concesión del Padre, sin intervalo de tiempo, procede de los dos como de un principio cómun” (San Agustín, De Trinitate, 15, 26, 47: PL 42, 1095). (C.I.C 207) Al revelar su Nombre, Dios revela, al mismo tiempo, su fidelidad que es de siempre y para siempre, valedera para el pasado ("Yo soy el Dios de tus padres", Ex 3,6) como para el porvenir ("Yo estaré contigo", Ex 3,12). Dios que revela su nombre como "Yo soy" se revela como el Dios que está siempre allí, presente junto a su pueblo para salvarlo. [Fin]  

(Siguiente Pregunta: ¿Es Jesús Dios? ¿Forma parte de la Trinidad?)      

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