viernes, 13 de mayo de 2016
Comentario CIC al YouCat Pregunta n. 38. Parte I.
(Respuesta YouCat) El Espíritu Santo es la
tercera persona de la Santísima Trinidad
y de la misma naturaleza divina del Padre y del Hijo.
Reflecciones y puntos a
profundizar (Comentario
CIC) (C.I.C 243) Antes de su Pascua, Jesús anuncia el
envío de "otro Paráclito" (Defensor), el Espíritu Santo. Este, que
actuó ya en la Creación (cf. Gn 1,2) y "por los profetas" (Símbolo
Niceno-Constantinopolitano: DS 150), estará ahora junto a los discípul os y
en ellos (cf. Jn 14,17), para enseñarles (cf. Jn 14,16) y conducirlos
"hasta la verdad completa" (Jn 16,13). El Espíritu Santo es revelado
así como otra persona divina con relación a Jesús y al Padre. (C.I.C 244) El origen eterno del Espíritu se revela en su misión
temporal. El Espíritu Santo es enviado a los Apóstoles y a la Iglesia tanto por
el Padre en nombre del Hijo, como por el Hijo en persona, una vez que vuelve
junto al Padre (cf. Jn 14,26; 15,26; 16,14). El envío de la persona del
Espíritu tras la glorificación de Jesús (cf. Jn 7,39), revela en plenitud el
misterio de la Santísima Trinidad.
Para meditar
(Comentario YouCat) Cuando
descubrimos la realidad de Dios en nosotros, entramos en contacto con la acción
del Espíritu Santo. Dios «envió a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo»
(Gal 4,6), para que nos llene completamente. En el Espíritu Santo el cristiano
encuentra una alegría profunda, la paz interior y la libertad. «Pues no habéis
recibido un espíritu de esclavitud para recaer en el temor, sino que habéis
recibido un Espíritu de hijos de adopción, en el que clamamos: ¡Abbá, Padre!»
(Rom 8,15b). En el Espíritu Santo, que hemos recibido en el Bautismo y la
Confirmación podemos llamar a Dios «Padre».
(Comentario CIC) (C.I.C 113) Leer la Escritura en "la
Tradición viva de toda la Iglesia". Según un adagio de los Padres, Sacra
Scriptura pincipalius est in corde Ecclesiae quam in materialibus instrumentis
scripta ("La sagrada Escritura está más en el corazón de la Iglesia
que en la materialidad de los libros escritos") (San Hilario de Potiers, Liber
ad Constantium Imperatorem 9: PL 10, 570; San Jerónimo, Comentarium in
Epistulam ad Galatas 1,1 11-12: PL 26, 347). En efecto, la Iglesia
encierra en su Tradición la memoria viva de la Palabra de Dios, y el Espíritu
Santo le da la interpretación espiritual de la Escritura ("...secundum
spiritalem sensum quem Spiritus donat Ecclesiae": Orígenes, Homiliae
in Leviticum, 5, 5: PG 12, 454). (C.I.C 114)
3. Estar atento "a la analogía de la fe" (cf. Rom 12,6). Por
"analogía de la fe" entendemos la cohesión de las verdades de la fe
entre sí y en el proyecto total de la Revelación. (C.I.C 115) Según una antigua tradición, se pueden distinguir dos sentidos
de la Escritura: el sentido literal y el sentido espiritual;este último se
subdivide en sentido alegórico, moral y anagógico. La concordancia profunda de
los cuatro sentidos asegura toda su riqueza a la lectura viva de la Escritura
en la Iglesia. (C.I.C 116) El sentido
literal. Es el sentido significado por las palabras de la Escritura y
descubierto por la exégesis que sigue las reglas de la justa interpretación.
"Omnes sensus (sc. sacrae Scripturae) fundentur super litteralem"
(Santo Tomás de Aquino, Summa theologiae, 1,1,10, ad 1) Todos los
sentidos de la Sagrada Escritura se fundan sobre el sentido literal.
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