jueves, 29 de octubre de 2015
540. ¿Cuál es la importancia de los Salmos en la oración? (Primera parte)
(Compendio
540) Los Salmos son el vértice de la oración en el Antiguo Testamento: la Palabra
de Dios se convierte en oración del hombre. Indisociablemente individual y
comunitaria, esta oración, inspirada por el Espíritu Santo, canta las
maravillas de Dios en la creación y en la historia de la salvación. Cristo ha
orado con los Salmos y los ha llevado a su cumplimiento. Por esto, siguen
siendo un elemento esencial y permanente de la oración de la Iglesia, que se
adaptan a los hombres de toda condición y tiempo.
Resumen
(C.I.C 2596) Los
Salmos constituyen la obra maestra de la oración en el Antiguo Testamento.
Presentan dos componentes inseparables: personal y comunitario. Y cuando
conmemoran las promesas de Dios ya cumplidas y esperan la venida del Mesías
abarcan todas las dimensiones de la historia.
Profundizar y modos
de explicaciones
(C.I.C 2585)
Desde David hasta la venida del Mesías, las Sagradas Escrituras contienen
textos de oración que atestiguan el sentido profundo de la oración para sí
mismo y para los demás (cf. Esd 9, 6-15; Ne 1, 4-11; Jon 2, 3-10; Tb 3, 11-16;
Jdt 9, 2-14). Los salmos fueron reunidos poco a poco en un conjunto de cinco
libros: los Salmos (o "alabanzas"), son la obra maestra de la oración
en el Antiguo Testamento. (C.I.C 2586) Los Salmos alimentan y expresan la
oración del pueblo de Dios como Asamblea, con ocasión de las grandes fiestas en
Jerusalén y los sábados en las sinagogas. Esta oración es indisociablemente
individual y comunitaria; concierne a los que oran y a todos los hombres; brota
de la Tierra santa y de las comunidades de la Diáspora, pero abarca a toda la
creación; recuerda los acontecimientos salvadores del pasado y se extiende
hasta la consumación de la historia; hace memoria de las promesas de Dios ya
realizadas y espera al Mesías que les dará cumplimiento definitivo. Los Salmos,
recitados por Cristo en su oración y que en Él
encuentran su cumplimiento, continúan siendo esenciales en la oración de su
Iglesia (cf. Institución general de la
Liturgia de las Horas, 100-109).
Para la reflexión
(C.I.C 2587) El
Salterio es el libro en el que la Palabra de Dios se convierte en oración del
hombre. En los demás libros del Antiguo Testamento "las palabras […]
proclaman las obras" [de Dios por los hombres] "y explican su
misterio" (Dei Verbum, 2). En el
Salterio, las palabras del salmista expresan, proclamándolas ante Dios, las
obras divinas de salvación. El mismo Espíritu inspira la obra de Dios y la
respuesta del hombre. Cristo unirá ambas. En Él,
los salmos no cesan de enseñarnos a orar. (Continua)
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