miércoles, 28 de octubre de 2015
539. ¿Qué papel desempeña la oración en la misión de los Profetas? (Segunda parte - continuación)
(Compendio 539
- repetición) Los Profetas sacan de la oración luz y fuerza
para exhortar al pueblo a la fe y a la conversión del corazón: entran en una gran
intimidad con Dios e interceden por los hermanos, a quienes anuncian cuanto han
visto y oído del Señor. Elías es el padre de los Profetas, de aquellos que
buscan el Rostro de Dios. En el monte Carmelo, obtiene el retorno del pueblo a
la fe gracias a la intervención de Dios, al que Elías suplicó así:
«¡Respóndeme, Señor, respóndeme!» (1R 18, 37).
Resumen
(C.I.C 2595) Los
profetas llaman a la conversión del corazón y, al buscar ardientemente el
rostro de Dios, como hizo Elías, interceden por el pueblo.
Profundizar y modos
de explicaciones
(C.I.C 2582)
Elías es el padre de los profetas, de la raza de los que buscan a Dios, los que
van tras su rostro (Sal 24, 6). Su nombre, "El Señor es mi Dios",
anuncia el grito del pueblo en respuesta a su oración sobre el Monte Carmelo
(cf. 1R 18, 39). Santiago nos remite a él para incitarnos a orar: "La
oración ferviente del justo tiene mucho poder" (St 5, 16-18).
Para la reflexión
(C.I.C 2583)
Después de haber aprendido la misericordia en su retirada al torrente de Kérit,
Elías enseña a la viuda de Sarepta la fe en la palabra de Dios, fe que confirma
con su oración insistente: Dios devuelve la vida al hijo de la viuda (cf. 1R
17, 7-24). En el sacrificio sobre el Monte Carmelo, prueba decisiva para la fe
del pueblo de Dios, el fuego del Señor es la respuesta a su súplica de que se
consume el holocausto […] "a la hora de la ofrenda de la tarde":
"¡Respóndeme, Señor, respóndeme!" son las palabras de Elías que las
liturgias orientales recogen en la epíclesis eucarística (cf. 1R 18, 20-39).
Finalmente, volviendo a andar el camino del desierto hacia el lugar donde el
Dios vivo y verdadero se reveló a su pueblo, Elías se recoge como Moisés
"en la hendidura de la roca" hasta que "pasa" la presencia
misteriosa de Dios (cf. 1R 19, 1-14; Ex 33, 19-23). Pero solamente en el monte
de la Transfiguración se dará a conocer Aquél cuyo Rostro buscan (cf. Lc 9,
30-35): el conocimiento de la Gloria de Dios está en el rostro de Cristo
crucificado y resucitado (cf. 2Co 4, 6). [Fin]
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario