domingo, 16 de agosto de 2015
502. ¿Cuáles son las ofensas a la dignidad del Matrimonio? (Tercera parte - continuación)
(Compendio 502
- repetición) Las ofensas a la dignidad del Matrimonio son las
siguientes: el adulterio, el divorcio, la poligamia, el incesto, la unión libre
(convivencia, concubinato) y el acto sexual antes o fuera del matrimonio.
Resumen
(C.I.C 1661) El sacramento del matrimonio significa la unión de
Cristo con la Iglesia. Da a los esposos la gracia de amarse con el amor con que
Cristo amó a su Iglesia; la gracia del sacramento perfecciona así el amor
humano de los esposos, reafirma su unidad indisoluble y los santifica en el
camino de la vida eterna (Cf. Concilio de Trento: DS 1799). (C.I.C 2400)
El adulterio y el divorcio, la poligamia y la unión libre son ofensas graves a
la dignidad del matrimonio.
Profundizar y modos
de explicaciones
(C.I.C 2387) “Es
comprensible el drama del que, deseoso de convertirse al Evangelio, se ve
obligado a repudiar una o varias mujeres con las que ha compartido años de vida
conyugal. Sin embargo, la poligamia
no se ajusta a la ley moral, pues contradice radicalmente la comunión conyugal.
La poligamia ‘niega directamente el designio de Dios, tal como es revelado
desde los orígenes, porque es contraria a la igual dignidad personal del hombre
y de la mujer, que en el matrimonio se dan con un amor total y por lo mismo
único y exclusivo’ (Familiaris consortio,
19; cf. Gaudium et spes, 47, 2). El
cristiano que había sido polígamo está gravemente obligado en justicia a
cumplir los deberes contraídos respecto a sus antiguas mujeres y sus hijos.
(C.I.C 1610) La conciencia moral relativa a la unidad
e indisolubilidad del matrimonio se desarrolló bajo la pedagogía de la Ley
antigua. La poligamia de los patriarcas y de los reyes no es todavía prohibida
de una manera explícita. No obstante, la Ley dada por Moisés se orienta a proteger
a la mujer contra un dominio arbitrario del hombre, aunque la Ley misma lleve
también, según la palabra del Señor, las huellas de "la dureza del
corazón" de la persona humana, razón por la cual Moisés permitió el
repudio de la mujer (cf. Mt 19,8; Dt 24,1).
Para la reflexión
(C.I.C 1611) Contemplando la Alianza de Dios con Israel bajo la
imagen de un amor conyugal exclusivo y fiel (cf. Os 1-3; Is 54.62; Jr 2-3; 31;
Ez 16;23), los profetas fueron preparando la conciencia del Pueblo elegido para
una comprensión más profunda de la unidad y de la indisolubilidad del
matrimonio (cf. Mal 2,13-17). Los libros de Rut y de Tobías dan testimonios
conmovedores del sentido hondo del matrimonio, de la fidelidad y de la ternura
de los esposos. La Tradición ha visto siempre en el Cantar de los Cantares una
expresión única del amor humano, en cuanto que éste es reflejo del amor de
Dios, amor "fuerte como la muerte" que "las grandes aguas no
pueden anegar" (Ct 8,6-7). (Continua)
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