martes, 18 de febrero de 2014

99. ¿En qué sentido María es «siempre Virgen»? (Segunda parte - continuación)



99. ¿En qué sentido María es «siempre Virgen»? (Segunda parte - continuación)    


(Compendio 99 repetición) María es siempre virgen en el sentido de que ella «fue Virgen al concebir a su Hijo, Virgen al parir, Virgen durante el embarazo, Virgen después del parto, Virgen siempre» (San Agustín). Por tanto, cuando los Evangelios hablan de «hermanos y hermanas de Jesús», se refieren a parientes próximos de Jesús, según una expresión empleada en la Sagrada Escritura.

Resumen

(C.I.C 511) La Virgen María "colaboró por su fe y obediencia libres a la salvación de los hombres" (Lumen gentium, 56). Ella pronunció su "fiat" loco totius humanae naturae ("ocupando el lugar de toda la naturaleza humana") (Santo Tomás de Aquino, Summa theologiae, 3, 30, 1 ): Por su obediencia, Ella se convirtió en la nueva Eva, madre de los vivientes.   

Profundizar y modos de explicaciones

(C.I.C 502) La mirada de la fe, unida al conjunto de la Revelación, puede descubrir las razones misteriosas por las que Dios, en su designio salvífico, quiso que su Hijo naciera de una virgen. Estas razones se refieren tanto a la persona y a la misión redentora de Cristo como a la aceptación por María de esta misión para con los hombres. (C.I.C 504) Jesús fue concebido por obra del Espíritu Santo en el seno de la Virgen María porque él es el Nuevo Adán (cf. 1Co 15, 45) que inaugura la nueva creación: "El primer hombre, salido de la tierra, es terreno; el segundo viene del cielo" (1Co 15, 47). La humanidad de Cristo, desde su concepción, está llena del Espíritu Santo porque Dios "le da el Espíritu sin medida" (Jn 3, 34). De "su plenitud", cabeza de la humanidad redimida (cf. Col 1, 18), "hemos recibido todos gracia por gracia" (Jn 1, 16). (C.I.C 505) Jesús, el nuevo Adán, inaugura por su concepción virginal el nuevo nacimiento de los hijos de adopción en el Espíritu Santo por la fe "¿Cómo será eso?" (Lc 1, 34; cf. Jn 3, 9). La participación en la vida divina no nace "de la sangre, ni de deseo de carne, ni de deseo de hombre, sino de Dios" (Jn 1, 13). La acogida de esta vida es virginal porque toda ella es dada al hombre por el Espíritu. El sentido esponsal de la vocación humana con relación a Dios (cf. 2Co 11, 2) se lleva a cabo perfectamente en la maternidad virginal de María.    

Para la reflexión

 (C.I.C 507) María es a la vez virgen y madre porque ella es la figura y la más perfecta realización de la Iglesia (cf. Lumen gentium, 63): "La Iglesia […] se convierte en Madre por la palabra de Dios acogida con fe, ya que, por la predicación y el bautismo, engendra para una vida nueva e inmortal a los hijos concebidos por el Espíritu Santo y nacidos de Dios. También ella es virgen que guarda íntegra y pura la fidelidad prometida al Esposo" (Lumen gentium, 64). [Fin]    
 
(Siguiente pregunta: ¿De qué modo la maternidad espiritual de María es universal?) 

No hay comentarios: