jueves, 20 de febrero de 2014
101. ¿En qué sentido toda la vida de Cristo es Misterio? (Primera parte)
(Compendio 101) Toda la vida de Cristo es acontecimiento
de revelación: lo que es visible en la vida terrena de Jesús conduce a su
Misterio invisible, sobre todo al Misterio de su filiación divina: «quien me ve
a mí ve al Padre» (Jn 14, 9). Asimismo, aunque la salvación nos viene
plenamente con la Cruz y la Resurrección, la vida entera de Cristo es misterio
de salvación, porque todo lo que Jesús ha hecho, dicho y sufrido tenía como fin
salvar al hombre caído y restablecerlo en su vocación de hijo de Dios.
Resumen
(C.I.C 561) "Para quien la contempla rectamente la vida
entera de Cristo fue una continua enseñanza: su silencio, sus milagros, sus
gestos, su oración, su amor al hombre, su predilección por los pequeños y los
pobres, la aceptación total del sacrificio en la cruz por la salvación del
mundo, su resurrección, son la actuación de su palabra y el cumplimiento de la
revelación" (Catechesi tradendae,
9).
Profundizar y modos de explicaciones
(C.I.C 512) Respecto a la vida de Cristo, el Símbolo de la
Fe no habla más que de los misterios de la Encarnación (concepción y
nacimiento) y de la Pascua (pasión, crucifixión, muerte, sepultura, descenso a
los infiernos, resurrección, ascensión). No dice nada explícitamente de los
misterios de la vida oculta y pública de Jesús, pero los artículos de la fe
referente a la Encarnación y a la Pascua de Jesús iluminan toda
la vida terrena de Cristo. "Todo lo que Jesús hizo y enseñó desde el
principio hasta el día en que [...] fue llevado al cielo" (Hch 1, 1-2) hay que verlo a la luz de los misterios de
Navidad y de Pascua. (C.I.C 513) La catequesis, según las circunstancias,
debe presentar toda la riqueza de los misterios de Jesús. Aquí basta indicar
algunos elementos comunes a todos los misterios de la vida de Cristo (I), para
esbozar a continuación los principales misterios de la vida oculta (II) y
pública (III) de Jesús. (C.I.C 514) Muchas de las cosas respecto a Jesús que
interesan a la curiosidad humana no figuran en el Evangelio. Casi nada se dice
sobre su vida en Nazaret, e incluso una gran parte de la vida pública no se
narra (cf. Jn 20, 30). Lo que se ha escrito en los Evangelios lo ha sido
"para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que
creyendo tengáis vida en su nombre" (Jn 20, 31).
Para la reflexión
(C.I.C 518) Toda la
vida de Cristo es Misterio de Recapitulación.
Todo lo que Jesús hizo, dijo y sufrió, tuvo como finalidad restablecer al
hombre caído en su vocación primera: “Cuando se encarnó y se hizo hombre,
recapituló en sí mismo la larga historia de la humanidad procurándonos en su
propia historia la salvación de todos, de suerte que lo que perdimos en Adán,
es decir, el ser imagen y semejanza de Dios, lo recuperamos en Cristo Jesús
(San Ireneo de Lyon, Adversus haereses,
3, 18, 1: PG 7, 932). Por lo demás, esta es la razón por la cual Cristo ha
vivido todas las edades de la vida humana, devolviendo así a todos los hombres
la comunión con Dios” (Ibid., 3, 18, 7:
PG 7, 937; Id., 2, 22, 4: PG 7, 784).
(C.I.C 519) Toda la riqueza de Cristo "es para todo hombre y constituye el
bien de cada uno" (Redemptos hominis,
11). Cristo no vivió su vida para sí mismo, sino para nosotros, desde su Encarnación "por nosotros los hombres
y por nuestra salvación" (Simbolo
Niceno-Constantinopolitano: DS 150) hasta su muerte "por nuestros
pecados" (1Co 15, 3) y en su Resurrección para nuestra justificación (Rom
4,25). Todavía ahora, es "nuestro abogado cerca del Padre" (1Jn 2,
1), "estando siempre vivo para interceder en nuestro favor" (Hb 7, 25).
Con todo lo que vivió y sufrió por nosotros de una vez por todas, permanece
presente para siempre "ante el acatamiento de Dios en favor nuestro"
(Hb 9, 24). (Continua)
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario