jueves, 27 de febrero de 2014
106. ¿Qué nos revelan las tentaciones de Jesús en el desierto?
(Compendio 106) Las tentaciones de Jesús en el desierto
recapitulan la de Adán en el paraíso y las de Israel en el desierto. Satanás
tienta a Jesús en su obediencia a la misión que el Padre le ha confiado.
Cristo, nuevo Adán, resiste, y su victoria anuncia la de su Pasión, en la que
su amor filial dará suprema prueba de obediencia. La Iglesia se une particularmente
a este Misterio en el tiempo litúrgico de la Cuaresma.
Resumen
(C.I.C 566) La tentación en el desierto muestra a Jesús,
humilde Mesías que triunfa de Satanás mediante su total adhesión al designio de
salvación querido por el Padre.
Profundizar y modos de explicaciones
(C.I.C 538) Los Evangelios hablan de un tiempo de soledad de
Jesús en el desierto inmediatamente después de su bautismo por Juan:
"Impulsado por el Espíritu" al desierto, Jesús permanece allí sin
comer durante cuarenta días; vive entre los animales y los ángeles le servían
(cf. Mc 1, 12-13). Al final de este tiempo, Satanás le tienta tres veces
tratando de poner a prueba su actitud filial hacia Dios. Jesús rechaza estos
ataques que recapitulan las tentaciones de Adán en el Paraíso y las de Israel
en el desierto, y el diablo se aleja de él "hasta un tiempo oportuno"
(Lc 4, 13). (C.I.C 539) Los evangelistas indican el sentido salvífico de este
acontecimiento misterioso. Jesús es el nuevo Adán que permaneció fiel allí
donde el primero sucumbió a la tentación. Jesús cumplió perfectamente la
vocación de Israel: al contrario de los que anteriormente provocaron a Dios
durante cuarenta años por el desierto (cf. Sal 95, 10), Cristo se revela como
el Siervo de Dios totalmente obediente a la voluntad divina. En esto Jesús es
vencedor del diablo; él ha "atado al hombre fuerte" para despojarle
de lo que se había apropiado (Mc 3, 27). La victoria de Jesús en el desierto
sobre el Tentador es un anticipo de la victoria de la Pasión, suprema obediencia
de su amor filial al Padre.
Para la reflexión
(C.I.C 540) La tentación de Jesús manifiesta la manera que
tiene de ser Mesías el Hijo de Dios, en oposición a la que le propone Satanás y
a la que los hombres (cf. Mt 16, 21-23) le quieren atribuir. Por eso Cristo ha
vencidoó al Tentador en beneficio nuestro:
"Pues no tenemos un Sumo Sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras
flaquezas, sino probado en todo igual que nosotros, excepto en el pecado"
(Hb 4, 15). La Iglesia se une todos los años, durante los cuarenta días de la Gran Cuaresma, al Misterio de Jesús en
el desierto.
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