miércoles, 14 de febrero de 2018

Comentario CIC al YouCat Pregunta n. 265.



YOUCAT Pregunta n. 265. – Parte II. ¿ Todas las personas están llamadas al matrimonio?  


(Respuesta YouCat – repeticion) No todo el mundo está llamado al matrimonio. A algunas personas Jesús les muestra un camino particular; les invita a vivir renunciando al matrimonio «por el reino de los cielos» (Mt 19,12). También las personas que viven solas por otros distintos motivos pueden tener una vida plena.    

Reflecciones y puntos a profundizar  (Comentario CIC) (C.I.C 1620) Estas dos realidades, el sacramento del Matrimonio y la virginidad por el Reino de Dios, vienen del Señor mismo. Es Él quien les da sentido y les concede la gracia indispensable para vivirlos conforme a su voluntad (cf. Mt 19,3-12). La estima de la virginidad por el Reino (cf. Lumen gentium, 42; Perfectae caritatis, 12; Optatam totius, 10) y el sentido cristiano del Matrimonio son inseparables y se apoyan mutuamente: “Denigrar el matrimonio es reducir a la vez la gloria de la virginidad; elogiarlo es realzar a la vez la admiración que corresponde a la virginidad. Pero lo que por comparación con lo peor parece bueno, no es bueno del todo: lo que según el parecer de todos es mejor que todos los bienes, eso sí que es en verda un bien eminente” (San Juan Crisóstomo, De virginitate, 10,1: PG 48, 540; Familiaris Consortio, 16).    

Para meditar   

(Comentario YouCat) No pocas veces Jesús llama a algunas personas también a una cercanía especial con él. Éste es el caso cuando  experimentan en su interior el deseo de renunciar al matrimonio «por el reino de los délos». Esta vocación no supone nunca un desprecio del matrimonio o de la sexualidad. El celibato voluntario sólo puede ser vivido en el amor y por amor, como un signo poderoso de que Dios es más importante que cualquier otra cosa. El célibe renuncia a la relación sexual, pero no al amor; sale anhelante al encuentro de Cristo, el esposo que viene (Mt 25,6). Muchas personas que viven solas por otros distintos motivos sufren por su soledad, la experimentan únicamente como carencia y desventaja. Pero una persona que no tiene que preocuparse de una pareja o de una familia, disfruta también de libertad e independencia y tiene tiempo de hacer cosas importantes y llenas de sentido para las que no tendría tiempo una persona casada. Quizás sea voluntad de Dios que se ocupe de personas por las que nadie más se preocupa. 

(Comentario CIC) (C.I.C 1619) La virginidad por el Reino de los Cielos es un desarrollo de la gracia bautismal, un signo poderoso de la preeminencia del vínculo con Cristo, de la ardiente espera de su retorno, un signo que recuerda también que el matrimonio es una realidad que manifiesta el carácter pasajero de este mundo (cf. 1Co 7,31; Mc 12,25).     

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