viernes, 9 de febrero de 2018
Comentario CIC al YouCat Pregunta n. 263.
(Respuesta
YouCat) El matrimonio es indisoluble por tres razones. Por un lado porque
corresponde a la esencia del amor el entregarse mutuamente sin reservas; luego
porque es una imagen de la fidelidad incondicional de Dios a su creación; y es
también indisoluble finalmente porque representa la entrega de Cristo a su
Iglesia, que llegó hasta la muerte en Cruz.
Reflecciones y puntos a profundizar (Comentario CIC) (C.I.C 1605) La
Sagrada escritura afirma que el hombre y la mujer fueron creados el uno para el
otro: "No es bueno que el hombre esté solo" (Gn 2,18). La mujer,
"carne de su carne" (Gn 2,23), su igual, la criatura más semejante al
hombre mismo, le es dada por Dios como una "auxilio" (Gn 2,18),
representando así a Dios que es nuestro "auxilio" (cf. Sal 121,2).
"Por eso deja el hombre a su padre y a su madre y se une a su mujer, y se
hacen una sola carne" (cf. Gn 2,24). Que esto significa una unión
indefectible de sus dos vidas, el Señor mismo lo muestra recordando cuál fue
"en el principio", el plan del Creador (Mt 19,4): "De manera que
ya no son dos sino una sola carne" (Mt 19,6).
Para meditar
(Comentario YouCat) En un
tiempo en el que en muchos sitios se rompen el 50 por ciento de los matrimonios,
cada uno que perdura es un gran signo, en definitiva un signo de Dios. En esta
tierra en la que tantas cosas son relativas, los hombres deben creer en Dios,
el único absoluto. Por eso todo lo que no es relativo es tan importante: alguien
que dice absolutamente la verdad o es absolutamente fiel. La fidelidad absoluta
en el matrimonio no es tanto un testimonio del logro humano como de la
fidelidad de Dios, que siempre está presente, aun cuando a todas luces le
traicionamos y le olvidamos. Casarse por la Iglesia quiere decir confiar más en
la ayuda de Dios que en la propia provisión de amor.
(Comentario CIC) (C.I.C 1612) La alianza
nupcial entre Dios y su pueblo Israel había preparado la Nueva y Eterna Alianza
mediante la que el Hijo de Dios, encarnándose y dando su vida, se unió en
cierta manera con toda la humanidad salvada por Él (cf. Gaudium et spes,
22), preparando así "las bodas del cordero" (Ap 19,7 y 9). (C.I.C
1613) En el umbral de su vida pública, Jesús realiza
su primer signo - a petición de su Madre - con ocasión de un banquete de boda
(cf. Jn 2,1-11). La Iglesia concede una gran importancia a la presencia de
Jesús en las bodas de Caná. Ve en ella la confirmación de la bondad del
matrimonio y el anuncio de que en adelante el matrimonio será un signo eficaz
de la presencia de Cristo.
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