sábado, 10 de febrero de 2018
Comentario CIC al YouCat Pregunta n. 263.
(Respuesta
YouCat – repeticion) El matrimonio es indisoluble por tres razones. Por un lado
porque corresponde a la esencia del amor el entregarse mutuamente sin reservas;
luego porque es una imagen de la fidelidad incondicional de Dios a su creación;
y es también indisoluble finalmente porque representa la entrega de Cristo a su
Iglesia, que llegó hasta la muerte en Cruz.
Reflecciones y puntos a profundizar (Comentario CIC) (C.I.C 1614) En
su predicación, Jesús enseñó sin ambigüedad el sentido original de la unión del
hombre y la mujer, tal como el Creador la quiso al comienzo: la autorización,
dada por Moisés, de repudiar a su mujer era una concesión a la dureza del
corazón (cf. Mt 19,8); la unión matrimonial del hombre y la mujer es
indisoluble: Dios mismo la estableció: "lo que Dios unió, que no lo separe
el hombre" (Mt 19,6). trimonio en
la dimensión nueva del Reino de Dios. Siguiendo a Cristo, renunciando a sí
mismos, tomando sobre sí sus cruces (cf. Mt 8,34), los esposos podrán
"comprender" (cf. Mt 19,11) el sentido original del matrimonio y
vivirlo con la ayuda de Cristo. Esta gracia del Matrimonio cristiano es un
fruto de la Cruz de Cristo, fuente de toda la vida cristiana.
Para meditar
(Comentario YouCat) En un
tiempo en el que en muchos sitios se rompen el 50 por ciento de los
matrimonios, cada uno que perdura es un gran signo, en definitiva un signo de
Dios. En esta tierra en la que tantas cosas son relativas, los hombres deben
creer en Dios, el único absoluto. Por eso todo lo que no es relativo es tan importante:
alguien que dice absolutamente la verdad o es absolutamente fiel. La fidelidad
absoluta en el matrimonio no es tanto un testimonio del logro humano como de la
fidelidad de Dios, que siempre está presente, aun cuando a todas luces le
traicionamos y le olvidamos. Casarse por la Iglesia quiere decir confiar más en
la ayuda de Dios que en la propia provisión de amor.
(Comentario CIC) (C.I.C 1615 Esta insistencia, inequívoca, en la
indisolubilidad del vínculo matrimonial pudo causar perplejidad y aparecer como
una exigencia irrealizable (cf Mt
19,10). Sin embargo, Jesús no impuso a los esposos una carga imposible de
llevar y demasiado pesada (cf Mt
11,29-30), más pesada que la Ley de Moisés. Viniendo para restablecer el orden
inicial de la creación perturbado por el pecado, da la fuerza y la gracia para
vivir el matrimonio en la dimensión nueva del Reino de Dios. Siguiendo a
Cristo, renunciando a sí mismos, tomando sobre sí sus cruces (cf Mt 8,34), los esposos podrán
"comprender" (cf Mt 19,11)
el sentido original del matrimonio y vivirlo con la ayuda de Cristo. Esta
gracia del Matrimonio cristiano es un fruto de la Cruz de Cristo, fuente de
toda la vida cristiana.
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