lunes, 18 de agosto de 2014
241. ¿Cuál es el centro del tiempo litúrgico? (Segunda parte - continuación)
(Compendio 241 - repetición) El
centro del tiempo litúrgico es el domingo , fundamento y núcleo de todo el año
litúrgico, que tiene su culminación en la Pascua anual, fiesta de las fiestas.
Resumen
(C.I.C 1193) El domingo, "día
del Señor", es el día principal de la celebración de la Eucaristía porque
es el día de la Resurrección. Es el día de la asamblea litúrgica por
excelencia, el día de la familia cristiana, el día del gozo y de descanso del
trabajo. Él es "fundamento y núcleo de todo el año litúrgico" (Sacrosanctum Concilium, 106).
Profundizar y modos de explicaciones
(C.I.C 1166) "La Iglesia,
desde la tradición apostólica que tiene su origen en el mismo día de la
resurrección de Cristo, celebra el misterio pascual cada ocho días, en el día
que se llama con razón 'día del Señor' o domingo" (Sacrosanctum Concilium, 106). El día de la Resurrección de Cristo es a la vez el
"primer día de la semana", memorial del primer día de la creación, y
el "octavo día" en que Cristo, tras su "reposo" del gran
Sabbat, inaugura el Día "que hace el Señor", el "día que no
conoce ocaso" (Maitines de Pascua
del rito bizantino, Oda 9, tropario “Pentekostarion”). El "banquete
del Señor" es su centro, porque es aquí donde toda la comunidad de los
fieles encuentra al Señor resucitado que los invita a su banquete (cf. Jn
21,12; Lc 24,30): “El día del Señor, el día de la Resurrección, el día de los
cristianos, es nuestro día. Por eso es llamado día del Señor: porque es en este
día cuando el Señor subió victorioso junto al Padre. Si los paganos lo llaman
día del sol, también lo hacemos con gusto; porque hoy ha amanecido la luz del
mundo, hoy ha aparecido el sol de justicia cuyos rayos traen la salvación” (San
Jerónimo, In die Dominica Paschae homilia:
PL 30, 218-219).
Para la reflexión
(C.I.C 1167) El domingo es el día
por excelencia de la asamblea litúrgica, en que los fieles "deben reunirse
para, escuchando loa palabra de Dios y participando en la Eucaristía, recordar
la pasión, la resurrección y la gloria del Señor Jesús y dar gracias a Dios,
que los 'hizo renacer a la esperanza viva por la resurrección de Jesucristo de
entre los muertos'" (Sacrosanctum
Concilium, 106): “Cuando meditamos, [oh Cristo],
las maravillas que fueron realizadas en este día del domingo de tu santa
Resurrección, decimos: Bendito es el día del domingo, porque en él tuvo
comienzo la Creación [...] la salvación del mundo [...] la renovación del
género humano [...] en él el cielo y la tierra se regocijaron y el universo
entero quedó lleno de luz. Bendito es el día del domingo, porque en él fueron abiertas las
puertas del paraíso para que Adán y todos los desterrados entraran en él sin
temor” (Fanqîth, Breviarium iuxta ritum
Ecclesiae de Antiochenae Sirorum, v. 6). [Fin]
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