jueves, 7 de agosto de 2014

232. ¿Qué relación existe entre los sacramentos y la vida eterna?



232. ¿Qué relación existe entre los sacramentos y la vida eterna?   


(Compendio 232) En los sacramentos la Iglesia recibe ya un anticipo de la vida eterna, mientras vive «aguardando la feliz esperanza y la manifestación de la gloria del gran Dios y Salvador nuestro Jesucristo» (Tt 2, 13).

Resumen

(C.I.C 1131) Los sacramentos son signos eficaces de la gracia, instituidos por Cristo y confiados a la Iglesia por los cuales nos es dispensada la vida divina. Los ritos visibles bajo los cuales los sacramentos son celebrados significan y realizan las gracias propias de cada sacramento. Dan fruto en quienes los reciben con las disposiciones requeridas.   

Profundizar y modos de explicaciones

(C.I.C 1130) La Iglesia celebra el Misterio de su Señor "hasta que él venga" y "Dios sea todo en todos" (1Co 11,26; 15,28). Desde la era apostólica, la liturgia es atraída hacia su término por el gemido del Espíritu en la Iglesia: "¡Marana tha!" (1Co 16,22). La liturgia participa así en el deseo de Jesús: "Con ansia he deseado comer esta Pascua con vosotros [...] hasta que halle su cumplimiento en el Reino de Dios" (Lc 22,15-16). En los sacramentos de Cristo, la Iglesia recibe ya las arras de su herencia, participa ya en la vida eterna, aunque "aguardando la feliz esperanza y la manifestación de la gloria del Gran Dios y Salvador nuestro Jesucristo" (Tt 2,13). "El Espíritu y la Esposa dicen: ¡Ven! [...] ¡Ven, Señor Jesús!" (Ap 22,17.20). Santo Tomás resume así las diferentes dimensiones del signo sacramental: "Unde sacramentum est signum rememorativum eius quod praecessit, scilicet passionis Christi; et desmonstrativum eius quod in nobis efficitur per Christi passionem, scilicet gratiae; et prognosticum, id est, praenuntiativum futurae gloriae" ("Por eso el sacramento es un signo que rememora lo que sucedió, es decir, la pasión de Cristo; es un signo que demuestra lo que sucedió entre nosotros en virtud de la pasión de Cristo, es decir, la gracia; y es un signo que anticipa, es decir, que preanuncia la gloria venidera" (Santo Tomás de Aquino, Summa Theologiae, III, 60, 3).  

Para la reflexión

(C.I.C 2817) Esta petición es el Marana Tha, el grito del Espíritu y de la Esposa: "Ven, Señor Jesús": “Incluso aunque esta oración no nos hubiera mandado pedir el advenimiento del Reino, habríamos tenido que expresar esta petición, dirigiéndonos con premura a la meta de nuestras esperanzas. Las almas de los mártires, bajo el altar, invocan al Señor con grandes gritos: '¿Hasta cuándo, Dueño santo y veraz, vas a estar sin hacer justicia por nuestra sangre a los habitantes de la tierra?' (Ap 6, 10). En efecto, los mártires deben alcanzar la justicia al fin de los tiempos. Señor, ¡apresura, pues, la venida de tu Reino!” (Tertuliano, De Oratione, 5, 2-4: PL 1, 1261-1262).

(Siguiente pregunta: ¿Quién actúa en la liturgia?)

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