domingo, 3 de agosto de 2014
228. ¿Qué relación tienen los sacramentos con la fe?
(Compendio 228) Los sacramentos no sólo suponen la fe,
sino que con las palabras y los elementos rituales la alimentan, fortalecen y
expresan. Celebrando los sacramentos la Iglesia confiesa la fe apostólica. De
ahí la antigua sentencia: «lex orandi, lex credendi», esto es, la Iglesia cree
tal como reza.
Resumen
(C.I.C 1133) El Espíritu Santo
dispone a la recepción de los sacramentos por la Palabra de Dios y por la fe
que acoge la Palabra en los corazones bien dispuestos. Así los sacramentos
fortalecen y expresan la fe.
Profundizar y modos de explicaciones
(C.I.C 1122) Cristo envió a sus
Apóstoles para que, "en su Nombre, proclamasen a todas las naciones la
conversión para el perdón de los pecados" (Lc 24,47). "De todas las naciones
haced discípulos bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu
Santo" (Mt 28,19). La misión de bautizar, por tanto la misión sacramental
está implicada en la misión de evangelizar, porque el sacramento es preparado por la Palabra de Dios y por la fe que
es consentimiento a esta Palabra: “El pueblo de Dios se reúne, sobre todo, por
la palabra de Dios vivo [...]. Necesita la predicación de la palabra para el
ministerio de los sacramentos. En efecto, son sacramentos de la fe que nace y se
alimenta de la palabra" (Presbiterorum
Ordinis, 4). (C.I.C 1123) "Los sacramentos están ordenados a la
santificación de los hombres, a la edificación del Cuerpo de Cristo y, en
definitiva, a dar culto a Dios, pero, como signos, también tienen un fin instructivo.
No sólo suponen la fe, también la fortalecen, la alimentan y la expresan con
palabras y acciones; por eso se llaman sacramentos de la fe" (Sacrosanctum
Concilium, 59).
Para la reflexión
(C.I.C 1124) La fe de la Iglesia
es anterior a la fe del fiel, el cual es invitado a adherirse a ella. Cuando la
Iglesia celebra los sacramentos confiesa la fe recibida de los Apóstoles, de
ahí el antiguo adagio: Lex orandi, lex
credendi (o: Legem credendi lex
statuat supplicandi) "La ley de la oración es la ley de la fe" (Indiculus, c. 8: DS 246; PL 51, 209), según
Próspero de Aquitania (siglo V). La ley de la oración es la ley de la fe, la
Iglesia cree como ora. La Liturgia es un elemento constitutivo de la Tradición
santa y viva (cf. Dei Verbum, 8). (C.I.C
1125) Por eso ningún rito sacramental puede ser
modificado o manipulado a voluntad del ministro o de la comunidad. Incluso la
suprema autoridad de la Iglesia no puede cambiar la liturgia a su arbitrio,
sino solamente en virtud del servicio de la fe y en el respeto religioso al
misterio de la liturgia. (C.I.C 1126) Por otra
parte, puesto que los sacramentos expresan y desarrollan la comunión de fe en
la Iglesia, la lex orandi es uno de
los criterios esenciales del diálogo que intenta restaurar la unidad de los
cristianos (cf. Unitatis redintegratio,
2; Ibid., 15).
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