miércoles, 13 de agosto de 2014
237. ¿De dónde proceden los signos sacramentales?
(Compendio 237) Algunos signos sacramentales provienen
del mundo creado (luz, agua, fuego, pan, vino, aceite); otros, de la vida
social (lavar, ungir, partir el pan); otros de la historia de la salvación en
la Antigua Alianza (los ritos pascuales, los sacrificios, la imposición de
manos, las consagraciones). Estos signos, algunos de los cuales son normativos
e inmutables, asumidos por Cristo, se convierten en portadores de la acción
salvífica y de santificación
Resumen
(C.I.C 1146) Signos del mundo de los hombres. En la vida humana, signos y
símbolos ocupan un lugar importante. El hombre, siendo un ser a la vez corporal
y espiritual, expresa y percibe las realidades espirituales a través de signos
y de símbolos materiales. Como ser social, el hombre necesita signos y símbolos
para comunicarse con los demás, mediante el lenguaje, gestos y acciones. Lo
mismo sucede en su relación con Dios. (C.I.C 1147)
Dios habla al hombre a través de la creación visible. El cosmos material se
presenta a la inteligencia del hombre para que vea en él las huellas de su
Creador (cf. Sb 13,1; Rm 1,19-20; Hch 14,17). La luz y la noche, el viento y el
fuego, el agua y la tierra, el árbol y los frutos hablan de Dios, simbolizan a
la vez su grandeza y su proximidad.
Profundizar y modos de explicaciones
(C.I.C 1149) Las grandes
religiones de la humanidad atestiguan, a menudo de forma impresionante, este
sentido cósmico y simbólico de los ritos religiosos. La liturgia de la Iglesia
presupone, integra y santifica elementos de la creación y de la cultura humana
confiriéndoles la dignidad de signos de la gracia, de la creación nueva en
Jesucristo. (C.I.C 1150) Signos de la Alianza. El pueblo elegido recibe de Dios signos y
símbolos distintivos que marcan su vida litúrgica: no son ya solamente
celebraciones de ciclos cósmicos y de acontecimientos sociales, sino signos de
la Alianza, símbolos de las grandes acciones de Dios en favor de su pueblo.
Entre estos signos litúrgicos de la Antigua Alianza se puede nombrar la
circuncisión, la unción y la consagración de reyes y sacerdotes, la imposición
de manos, los sacrificios, y sobre todo la Pascua. La Iglesia ve en estos
signos una prefiguración de los sacramentos de la Nueva Alianza.
Para la reflexión
(C.I.C 1151) Signos asumidos por Cristo. En su predicación, el Señor Jesús se
sirve con frecuencia de los signos de la Creación para dar a conocer los
misterios el Reino de Dios (cf. Lc 8,10). Realiza sus curaciones o subraya su
predicación por medio de signos materiales o gestos simbólicos (cf. Jn 9,6; Mc
7,33-35; 8,22-25). Da un sentido nuevo a los hechos y a los signos de la
Antigua Alianza, sobre todo al Exodo y a la Pascua (cf. Lc 9,31; 22,7-20),
porque él mismo es el sentido de todos esos signos. (C.I.C 1152) Signos
sacramentales. Desde Pentecostés, el Espíritu Santo realiza la
santificación a través de los signos sacramentales de su Iglesia. Los
sacramentos de la Iglesia no anulan, sino purifican e integran toda la riqueza
de los signos y de los símbolos del cosmos y de la vida social. Aún más,
cumplen los tipos y las figuras de la Antigua Alianza, significan y realizan la
salvación obrada por Cristo, y prefiguran y anticipan la gloria del cielo.
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