jueves, 24 de abril de 2014
146. ¿Cómo actúan Cristo y su Espíritu en el corazón de los bautizados?
(Compendio 146) Por medio de los sacramentos, Cristo
comunica su Espíritu a los miembros de su Cuerpo, y la gracia de Dios, que da
frutos de vida nueva, según el Espíritu. El Espíritu Santo, finalmente, es el
Maestro de la oración.
Resumen
(C.I.C 747) El Espíritu Santo que Cristo, Cabeza, derrama
sobre sus miembros, construye, anima y santifica a la Iglesia. Ella es el
sacramento de la Comunión de la Santísima Trinidad con los hombres.
Profundizar y modos de explicaciones
(C.I.C 738) Así, la misión de la Iglesia no se añade a la de
Cristo y del Espíritu Santo, sino que es su sacramento: con todo su ser y en
todos sus miembros ha sido enviada para anunciar y dar testimonio, para
actualizar y extender el Misterio de la Comunión de la Santísima Trinidad (esto
será el objeto del próximo artículo): “Todos nosotros que hemos recibido el
mismo y único espíritu, a saber, el Espíritu Santo, nos hemos fundido entre
nosotros y con Dios ya que por mucho que nosotros seamos numerosos separadamente
y que Cristo haga que el Espíritu del Padre y suyo habite en cada uno de
nosotros, este Espíritu único e indivisible lleva por sí mismo a la unidad a
aquellos que son distintos entre sí [...] y hace que todos aparezcan como una
sola cosa en él. Y de la misma manera que el poder de la santa humanidad de
Cristo hace que todos aquellos en los que ella se encuentra formen un solo
cuerpo, pienso que también de la misma manera el Espíritu de Dios que habita en
todos, único e indivisible, los lleva a todos a la unidad espiritual” (San
Cirilo de Alejandría, Commentarius in
Johannem 11, 11: PG 74, 561). (C.I.C 739) Puesto que el Espíritu Santo es
la Unción de Cristo, es Cristo, Cabeza del Cuerpo, quien lo distribuye entre
sus miembros para alimentarlos, sanarlos, organizarlos en sus funciones mutuas,
vivificarlos, enviarlos a dar testimonio, asociarlos a su ofrenda al Padre y a
su intercesión por el mundo entero. Por medio de los sacramentos de la Iglesia,
Cristo comunica su Espíritu, Santo y Santificador, a los miembros de su Cuerpo
(esto será el objeto de la segunda parte del Catecismo).
Para la reflexión
(C.I.C 740) Estas "maravillas de Dios", ofrecidas
a los creyentes en los Sacramentos de la Iglesia, producen sus frutos en la
vida nueva, en Cristo, según el Espíritu (esto será el objeto de la tercera
parte del Catecismo). (C.I.C 741) "El Espíritu viene en ayuda de nuestra
flaqueza. Pues nosotros no sabemos pedir como conviene; mas el Espíritu mismo
intercede por nosotros con gemidos inefables" (Rm 8, 26). El Espíritu
Santo, artífice de las obras de Dios, es el Maestro de la oración (esto será el
objeto de la cuarta parte del Catecismo).
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