lunes, 21 de abril de 2014
143. ¿Qué relación existe entre el Espíritu y Jesucristo, en su misión en la tierra? (Segunda parte - continuación)
(Compendio 143 repetición) Desde el
primer instante de la Encarnación, el Hijo de Dios, por la unción del Espíritu
Santo, es consagrado Mesías en su humanidad. Jesucristo revela al Espíritu con
su enseñanza, cumpliendo la promesa hecha a los Padres, y lo comunica a la
Iglesia naciente, exhalando su aliento sobre los Apóstoles después de su
Resurrección.
Resumen
(C.I.C 746) Por su Muerte y su Resurrección, Jesús es
constituído Señor y Cristo en la gloria (Hch 2, 36). De su plenitud derrama el
Espíritu Santo sobre los Apóstoles y la Iglesia.
Profundizar y modos de explicaciones
(C.I.C 729) Solamente cuando ha llegado la Hora en que va a
ser glorificado Jesús promete la
venida del Espíritu Santo, ya que su Muerte y su Resurrección serán el
cumplimiento de la Promesa hecha a los Padres (cf. Jn 14, 16-17. 26; 15, 26;
16, 7-15; 17, 26): El Espíritu de Verdad, el otro Paráclito, será dado por el
Padre en virtud de la oración de Jesús; será enviado por el Padre en nombre de
Jesús; Jesús lo enviará de junto al Padre porque él ha salido del Padre. El
Espíritu Santo vendrá, nosotros lo conoceremos, estará con nosotros para siempre,
permanecerá con nosotros; nos lo enseñará todo y nos recordará todo lo que
Cristo nos ha dicho y dará testimonio de él; nos conducirá a la verdad completa
y glorificará a Cristo. En cuanto al mundo lo acusará en materia de pecado, de
justicia y de juicio.
Para la reflexión
(C.I.C 730) Por fin llega la hora de Jesús (cf. Jn 13, 1;
17, 1): Jesús entrega su espíritu en las manos del Padre (cf. Lc 23, 46; Jn 19,
30) en el momento en que por su Muerte es vencedor de la muerte, de modo que,
"resucitado de los muertos por la gloria del Padre" (Rm 6, 4), en seguida
da a sus discípulos el Espíritu Santo dirigiendo sobre ellos su aliento (cf. Jn
20, 22). A partir de esta hora, la misión de Cristo y del Espíritu se convierte
en la misión de la Iglesia: "Como el Padre me envió, también yo os
envío" (Jn 20, 21; cf. Mt 28, 19; Lc 24, 47-48; Hch 1, 8). [Fin]
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