miércoles, 30 de abril de 2014
151. ¿En qué sentido la Iglesia es Misterio?
(Compendio 151) La Iglesia es Misterio en cuanto que en
su realidad visible se hace presente y operante una realidad espiritual y
divina, que se percibe solamente con los ojos de la fe.
Resumen
(C.I.C 779) La Iglesia es a la vez visible y espiritual,
sociedad jerárquica y cuerpo místico de Cristo. Es una, formada por un doble
elemento humano y divino. Ahí está su Misterio que sólo la fe puede aceptar.
Profundizar y modos de explicaciones
(C.I.C 771) "Cristo, el único Mediador, estableció en
este mundo su Iglesia santa, comunidad de fe, esperanza y amor, como un
organismo visible. La mantiene aún sin cesar para comunicar por medio de ella a
todos la verdad y la gracia". La Iglesia es a la vez: – "sociedad […]
dotada de órganos jerárquicos y el Cuerpo Místico de Cristo; – el grupo visible
y la comunidad espiritual, – la Iglesia de la tierra y la Iglesia llena de
bienes del cielo". Estas dimensiones juntas constituyen "una realidad
compleja, en la que están unidos el elemento divino y el humano" (Lumen gentium, 8): Es propio de la
Iglesia "ser a la vez humana y divina, visible y dotada de elementos
invisibles, entregada a la acción y dada a la contemplación, presente en el mundo
y, sin embargo, peregrina. De modo que en ella lo humano esté ordenado y
subordinado a lo divino, lo visible a lo invisible, la acción a la
contemplación y lo presente a la ciudad futura que buscamos" (Sacrosanctum Concilium, 2). “¡Qué
humildad y qué sublimidad! Es la tienda de Cadar y el santuario de Dios; una
tienda terrena y un palacio celestial; una casa modestísima y una aula regia;
un cuerpo mortal y un templo luminoso; la despreciada por los soberbios y la
esposa de Cristo. Tiene la tez morena pero es hermosa, hijas de Jerusalén. El
trabajo y el dolor del prolongado exilio la han deslucido, pero también la embellece
su forma celestial” (San Bernardo de Claraval, In Canticum sermo 27, 7, 14).
Para la reflexión
(C.I.C 772) En la Iglesia es donde Cristo realiza y revela
su propio misterio como la finalidad de designio de Dios: "recapitular
todo en Cristo" (Ef 1, 10). San Pablo llama "gran misterio" (Ef
5, 32) al desposorio de Cristo y de la Iglesia. Porque la Iglesia se une a
Cristo como a su esposo (cf. Ef 5, 25-27), por eso se convierte a su vez en misterio
(cf. Ef 3, 9-11). Contemplando en ella el misterio, San Pablo escribe: el
misterio "es Cristo en vosotros, la esperanza de la gloria" (Col 1,
27). (C.I.C 773) En la Iglesia esta comunión de los hombres con Dios por
"la caridad que no pasará jamás"(1Co 13, 8) es la finalidad que
ordena todo lo que en ella es medio sacramental ligado a este mundo que pasa
(cf. Lumen gentium, 48). "Su
estructura está totalmente ordenada a la santidad de los miembros de Cristo. Y
la santidad se aprecia en función del 'gran Misterio' en el que la Esposa
responde con el don del amor al don del Esposo" (Mulieris dignitatem, 27). María nos precede a todos en la santidad
que es el Misterio de la Iglesia como la "Esposa sin mancha ni
arruga" (Ef 5, 27). Por eso la dimensión mariana de la Iglesia precede a
su dimensión petrina" (Mulieris
dignitatem, 27).
martes, 29 de abril de 2014
150. ¿Cuál es la misión de la Iglesia?
150. ¿Cuál es la misión de la Iglesia?
(Compendio 150) La misión de la Iglesia es la de anunciar
e instaurar entre todos los pueblos el Reino de Dios inaugurado por Jesucristo.
La Iglesia es el germen e inicio sobre la tierra de este Reino de salvación.
Resumen
(C.I.C 780) La Iglesia es, en este mundo, el sacramento de
la salvación, el signo y el instrumento de la comunión con Dios y entre los
hombres.
Profundizar y modos de explicaciones
(C.I.C 767) "Cuando el Hijo terminó la obra que el
Padre le encargó realizar en la tierra, fue enviado el Espíritu Santo el día de
Pentecostés para que santificara continuamente a la Iglesia" (Lumen gentium, 4). Es entonces cuando "la Iglesia se
manifestó públicamente ante la multitud; se inició la difusión del evangelio
entre los pueblos mediante la predicación" (Ad gentes, 4). Como ella es "convocatoria" de salvación
para todos los hombres, la Iglesia, por su misma naturaleza, misionera enviada
por Cristo a todas las naciones para hacer de ellas discípulos suyos (cf. Mt
28, 19-20; Ad gentes, 2; 5). (C.I.C 768)
Para realizar su misión, el Espíritu Santo "la construye y dirige con
diversos dones jerárquicos y carismáticos" (Lumen gentium, 4). "La Iglesia, enriquecida con los dones de
su Fundador y guardando fielmente sus mandamientos del amor, la humildad y la
renuncia, recibe la misión de anunciar y establecer en todos los pueblos el
Reino de Cristo y de Dios. Ella constituye el germen y el comienzo de este
Reino en la tierra" (Lumen gentium,
5).
Para la reflexión
(C.I.C 769) La Iglesia "sólo llegará a su perfección en
la gloria del cielo" (Lumen gentium, 48), cuando Cristo vuelva glorioso. Hasta ese
día, "la Iglesia avanza en su peregrinación a través de las persecuciones
del mundo y de los consuelos de Dios" (San Agustín, De civitate Dei, 18, 51: PL 41, 614; cf. Lumen gentium, 8). Aquí abajo, ella se sabe en exilio, lejos del
Señor (cf. 2Co 5, 6; 6), y aspira al advenimimento pleno del Reino, "y
espera y desea con todas sus fuerzas reunirse con su Rey en la gloria" (Lumen gentium, 5). La consumación de la
Iglesia en la gloria, y a través de ella la del mundo, no sucederá sin grandes
pruebas. Solamente entonces, "todos los justos desde Adán, ‘desde el justo
Abel hasta el último de los elegidos’ se reunirán con el Padre en la Iglesia universal"
(Lumen gentium, 2).
(Siguiente pregunta: ¿En qué sentido la Iglesia es Misterio?)
lunes, 28 de abril de 2014
149. ¿Cuál es el origen y la consumación de la Iglesia? (Segunda parte - continuación)
149. ¿Cuál es el origen y la consumación de la Iglesia? (Segunda parte - continuación)
(Compendio 149 repetición) La
Iglesia tiene su origen y realización en el designio eterno de Dios. Fue
preparada en la Antigua Alianza con la elección de Israel, signo de la reunión
futura de todas las naciones. Fundada por las palabras y las acciones de
Jesucristo, fue realizada, sobre todo, mediante su muerte redentora y su
Resurrección. Más tarde, se manifestó como misterio de salvación mediante la
efusión del Espíritu Santo en Pentecostés. Al final de los tiempos, alcanzará
su consumación como asamblea celestial de todos los redimidos.
Resumen
(C.I.C 779) La Iglesia es a la vez visible y espiritual,
sociedad jerárquica y cuerpo místico de Cristo. Es una, formada por un doble
elemento humano y divino. Ahí está su Misterio que sólo la fe puede aceptar.
Profundizar y modos de explicaciones
(C.I.C 771) "Cristo, el único Mediador, estableció en
este mundo su Iglesia santa, comunidad de fe, esperanza y amor, como un
organismo visible. La mantiene aún sin cesar para comunicar por medio de ella a
todos la verdad y la gracia". La Iglesia es a la vez: – "sociedad […]
dotada de órganos jerárquicos y el Cuerpo Místico de Cristo; – el grupo visible
y la comunidad espiritual, – la Iglesia de la tierra y la Iglesia llena de
bienes del cielo". Estas dimensiones juntas constituyen "una realidad
compleja, en la que están unidos el elemento divino y el humano" (Lumen gentium, 8): Es propio de la
Iglesia "ser a la vez humana y divina, visible y dotada de elementos
invisibles, entregada a la acción y dada a la contemplación, presente en el
mundo y, sin embargo, peregrina. De modo que en ella lo humano esté ordenado y
subordinado a lo divino, lo visible a lo invisible, la acción a la
contemplación y lo presente a la ciudad futura que buscamos" (Sacrosanctum Concilium, 2). “¡Qué
humildad y qué sublimidad! Es la tienda de Cadar y el santuario de Dios; una
tienda terrena y un palacio celestial; una casa modestísima y una aula regia;
un cuerpo mortal y un templo luminoso; la despreciada por los soberbios y la
esposa de Cristo. Tiene la tez morena pero es hermosa, hijas de Jerusalén. El
trabajo y el dolor del prolongado exilio la han deslucido, pero también la embellece
su forma celestial” (San Bernardo de Claraval, In Canticum sermo 27, 7, 14).
Para la reflexión
(C.I.C 772) En la Iglesia es donde Cristo realiza y revela
su propio misterio como la finalidad de designio de Dios: "recapitular
todo en Cristo" (Ef 1, 10). San Pablo llama "gran misterio" (Ef
5, 32) al desposorio de Cristo y de la Iglesia. Porque la Iglesia se une a Cristo
como a su esposo (cf. Ef 5, 25-27), por eso se convierte a su vez en misterio
(cf. Ef 3, 9-11). Contemplando en ella el misterio, San Pablo escribe: el
misterio "es Cristo en vosotros, la esperanza de la gloria" (Col 1,
27). (C.I.C 773) En la Iglesia esta comunión de los hombres con Dios por
"la caridad que no pasará jamás"(1Co 13, 8) es la finalidad que
ordena todo lo que en ella es medio sacramental ligado a este mundo que pasa
(cf. Lumen gentium, 48). "Su
estructura está totalmente ordenada a la santidad de los miembros de Cristo. Y
la santidad se aprecia en función del 'gran Misterio' en el que la Esposa
responde con el don del amor al don del Esposo" (Mulieris dignitatem, 27). María nos precede a todos en la santidad
que es el Misterio de la Iglesia como la "Esposa sin mancha ni
arruga" (Ef 5, 27). Por eso la dimensión mariana de la Iglesia precede a
su dimensión petrina" (Mulieris
dignitatem, 27). [Fin]
(Siguiente pregunta: ¿Cuál es la misión de la Iglesia?)
domingo, 27 de abril de 2014
149. ¿Cuál es el origen y la consumación de la Iglesia? (Primera parte)
149. ¿Cuál es el origen y la consumación de la Iglesia? (Primera parte)
(Compendio 149) La Iglesia tiene su origen y realización
en el designio eterno de Dios. Fue preparada en la Antigua Alianza con la
elección de Israel, signo de la reunión futura de todas las naciones. Fundada
por las palabras y las acciones de Jesucristo, fue realizada, sobre todo,
mediante su muerte redentora y su Resurrección. Más tarde, se manifestó como
misterio de salvación mediante la efusión del Espíritu Santo en Pentecostés. Al
final de los tiempos, alcanzará su consumación como asamblea celestial de todos
los redimidos.
Resumen
(C.I.C 778) La Iglesia es a la vez camino y término del
designio de Dios: prefigurada en la creación, preparada en la Antigua Alianza,
fundada por las palabras y las obras de Jesucristo, realizada por su Cruz
redentora y su Resurrección, se manifiesta como misterio de salvación por la
efusión del Espíritu Santo. Quedará consumada en la gloria del cielo como
asamblea de todos los redimidos de la tierra (cf. Ap 14,4).
Profundizar y modos de explicaciones
(C.I.C 758) Para penetrar en el Misterio de la Iglesia,
conviene primeramente contemplar su origen dentro del designio de la Santísima
Trinidad y su realización progresiva en la historia. (C.I.C 759) "El Padre
eterno creó el mundo por una decisión totalmente libre y misteriosa de su
sabiduría y bondad. Decidió elevar a los hombres a la participación de la vida
divina" a la cual llama a todos los hombres en su Hijo: "Dispuso
convocar a los creyentes en Cristo en la santa Iglesia". Esta
"familia de Dios" se constituye y se realiza gradualmente a lo largo
de las etapas de la historia humana, según las disposiciones del Padre: en
efecto, la Iglesia ha sido "prefigurada ya desde el origen del mundo y preparada
maravillosamente en la historia del pueblo de Israel y en la Antigua Alianza;
se constituyó en los últimos tiempos, se manifestó por la efusión del Espíritu
y llegará gloriosamente a su plenitud al final de los siglos" (Lumen gentium, 2). (C.I.C 760) "El
mundo fue creado en orden a la Iglesia" decían los cristianos de los
primeros tiempos (Hermas, Pastor 8, 1
(Visio 2, 4,1; cf. Arístides, Apologia 16, 6; San Justino, Apologia 2, 7: PG 6, 456). Dios creó el
mundo en orden a la comunión en su vida divina, comunión que se realiza
mediante la "convocación" de los hombres en Cristo, y esta
"convocación" es la Iglesia. La Iglesia es la finalidad de todas las
cosas (cf. San Epifanio, Panarion 1,1,5,
Haereses 2, 4: PG 41, 181), e incluso
las vicisitudes dolorosas como la caída de los ángeles y el pecado del hombre,
no fueron permitidas por Dios más que como ocasión y medio de desplegar toda la
fuerza de su brazo, toda la medida del amor que quería dar al mundo: “Así como
la voluntad de Dios es un acto y se llama mundo, así su intención es la
salvación de los hombres y se llama Iglesia” (Clemente Alejandrino, Paedagogus. 1, 6, 27, 2: PG 41, 181).
Para la reflexión
(C.I.C 761) La reunión del pueblo de Dios comienza en el
instante en que el pecado destruye la comunión de los hombres con Dios y la de
los hombres entre sí. La reunión de la Iglesia es por así decirlo la reacción
de Dios al caos provocado por el pecado. Esta reunificación se realiza
secretamente en el seno de todos los pueblos: "En cualquier nación el que
le teme [a Dios] y practica la justicia le es grato" (Hch 10, 35; cf 9; 13; 16).
(Continua)
(Continua la pregunta: ¿Cuál es el origen y la consumación de la Iglesia?)
sábado, 26 de abril de 2014
148. ¿Hay otros nombres e imágenes con los que la Biblia designe a la Iglesia?
148. ¿Hay otros nombres e imágenes con los que la Biblia designe a la Iglesia?
(Compendio 148) En la Sagrada Escritura encontramos
muchas imágenes que ponen de relieve aspectos complementarios del misterio de
la Iglesia. El Antiguo Testamento prefiere imágenes ligadas al Pueblo de Dios;
el Nuevo Testamento aquellas vinculadas a Cristo como Cabeza de este pueblo,
que es su Cuerpo, y las imágenes sacadas de la vida pastoril (redil, grey,
ovejas), agrícola (campo, olivo, viña), de la construcción (morada, piedra,
templo) y familiar (esposa, madre, familia).
Resumen
(C.I.C 753) En la Sagrada Escritura encontramos multitud de
imágenes y de figuras relacionadas entre sí, mediante las cuales la revelación
habla del Misterio inagotable de la Iglesia. Las imágenes tomadas del Antiguo
Testamento constituyen variaciones de una idea de fondo, la del "Pueblo de
Dios". En el Nuevo Testamento (cf. Ef 1, 22; Col 1, 18), todas estas
imágenes adquieren un nuevo centro por el hecho de que Cristo viene a ser
"la Cabeza" de este Pueblo (cf. Lumen
gentium, 9) el cual es desde entonces
su Cuerpo. En torno a este centro se agrupan imágenes "tomadas de la vida
de los pastores, de la agricultura, de la construcción, incluso de la familia y
del matrimonio" (Lumen gentium, 6).
Profundizar y modos de explicaciones
(C.I.C 754) "La Iglesia, en efecto, es el redil cuya puerta única y necesaria es
Cristo (Jn 10, 1-10). Es también el rebaño cuy pastor será el mismo Dios, como
él mismo anunció (cf. Is 40, 11; Ez 34, 11-31). Aunque son pastores humanos
quien es gobiernan a las ovejas, sin embargo es Cristo mismo el que sin cesar
las guía y alimenta; Él, el Buen Pastor y
Cabeza de los pastores (cf. Jn 10, 11; 1P 5, 4), que dio su vida por las ovejas
(cf. Jn 10, 11-15; Lumen gentium, 6)".
(C.I.C 756) "También muchas veces a la Iglesia se la llama construcción de Dios (1Co 3, 9). El
Señor mismo se comparó a la piedra que desecharon los constructores, pero que
se convirtió en la piedra angular (Mt 21, 42 y paralelos; cf. Hch 4, 11; 1P 2,
7; Sal 118, 22). Los Apóstoles construyen la Iglesia sobre ese fundamento (cf.
1Co 3, 11), que le da solidez y cohesión. Esta construcción recibe diversos
nombres: casa de Dios: casa de Dios (1Tim 3, 15) en la que habita su familia,
habitación de Dios en el Espíritu (Ef 2, 19-22), tienda de Dios con los hombres
(Ap 21, 3), y sobre todo, templo
santo. Representado en los templos de piedra, los Padres cantan sus alabanzas,
y la liturgia, con razón, lo compara a la ciudad santa, a la nueva Jerusalén.
En ella, en efecto, nosotros como piedras vivas entramos en su construcción en
este mundo (cf. 1P 2, 5). San Juan ve en el mundo renovado bajar del cielo, de
junto a Dios, esta ciudad santa arreglada como una esposa embellecida para su
esposo” (Lumen gentium, 6).
Para la reflexión
(C.I.C 755) "La Iglesia es labranza o campo de Dios (1Co 3, 9). En este campo crece el antiguo
olivo cuya raíz santa fueron los patriarcas y en el que tuvo y tendrá lugar la
reconciliación de los judíos y de los gentiles (Rm 11, 13-26). El labrador del
cielo la plantó como viña selecta (Mt 21, 33-43 y paralelos; cf. Is 5, 1-7). La
verdadera vid es Cristo, que da vida y fecundidad a a los sarmientos, es decir,
a nosotros, que permanecemos en él por medio de la Iglesia y que sin él no
podemos hacer nada” (Jn 15, 1-5; Lumen
gentium, 6). (C.I.C 757) "La Iglesia que es llamada también "la
Jerusalén de arriba" y "madre nuestra" (Ga 4, 26; cf. Ap 12,
17), y se la describe como la esposa inmaculada del Cordero inmaculado (Ap 19,
7; 21, 2. 9; 22, 17). Cristo ‘la amó y se entregó por ella para santificarla’
(Ef 5, 25-26); se unió a ella en alianza indisoluble, ‘la alimenta y la cuida’
(Ef 5, 29) sin cesar" (Lumen
gentium, 6).
(Siguiente pregunta: ¿Cuál es el origen y la consumación de la Iglesia?)
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