viernes, 31 de enero de 2014
82. ¿Por qué Jesús es llamado Cristo? (Segunda parte - continuación)
(Compendio 82 repetición) «Cristo», en griego, y «Mesías», en hebreo, significan
«ungido». Jesús es el Cristo porque ha sido consagrado por Dios, ungido por el
Espíritu Santo para la misión redentora. Él es el Mesías esperado por Israel y
enviado al mundo por el Padre. Jesús ha aceptado el título de Mesías,
precisando, sin embargo, su sentido: «bajado del cielo» (Jn 3, 13), crucificado
y después resucitado, Él es el siervo sufriente «que da su vida en rescate por
muchos» (Mt 20, 28). Del nombre de Cristo nos viene el nombre de cristianos.
Resumen
(C.I.C 453) El nombre de Cristo significa
"Ungido", "Mesías". Jesús es el Cristo porque "Dios le
ungió con el Espíritu Santo y con poder" (Hch 10, 38). Era "el que ha
de venir" (Lc 7, 19), el objeto de "la esperanza de Israel"(Hch
28, 20).
Profundizar y modos de explicaciones
(C.I.C 437) El ángel anunció a los pastores el nacimiento de
Jesús como el del Mesías prometido a Israel: "Os ha nacido hoy, en la
ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Señor" (Lc 2, 11). Desde el
principio él es "a quien el Padre ha santificado y enviado al
mundo"(Jn 10, 36), concebido como "santo" (cf. Lc 1, 35) en el
seno virginal de María. José fue llamado por Dios para "tomar consigo a
María su esposa" encinta "del que fue engendrado en ella por el
Espíritu Santo" (Mt 1, 20) para que Jesús "llamado Cristo" nazca
de la esposa de José en la descendencia mesiánica de David (Mt 1, 16; cf. Rm 1,
3; 2Tm 2, 8; Ap 22, 16). (C.I.C 439) Numerosos judíos e incluso ciertos paganos
que compartían su esperanza reconocieron en Jesús los rasgos fundamentales del
mesiánico "hijo de David" prometido por Dios a Israel (cf. Mt 2, 2;
9, 27; 12, 23; 15, 22; 20, 30; 21, 9. 15). Jesús aceptó el título de Mesías al
cual tenía derecho (cf. Jn 4, 25-26; 11, 27), pero no sin reservas porque una parte
de sus contemporáneos lo comprendían según una concepción demasiado humana (cf.
Mt 22, 41-46), esencialmente política (cf. Jn 6, 15; Lc 24, 21).
Para la reflexión
(C.I.C 440) Jesús acogió la confesión de fe de Pedro que le
reconocía como el Mesías anunciándole la próxima pasión del Hijo del Hombre
(cf. Mt 16, 23). Reveló el auténtico contenido de su realeza mesiánica en la
identidad transcendente del Hijo del Hombre "que ha bajado del cielo"
(Jn 3, 13; cf. Jn 6, 62; Dn 7, 13) a la vez que en su misión redentora como
Siervo sufriente: "el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a
servir y a dar su vida como rescate por muchos" (Mt 20, 28; cf. Is 53,
10-12). Por esta razón el verdadero sentido de su realeza no se ha manifestado
más que desde lo alto de la Cruz (cf. Jn 19, 19-22; Lc 23, 39-43). Solamente
después de su resurrección su realeza mesiánica podrá ser proclamada por Pedro
ante el pueblo de Dios: "Sepa, pues, con certeza toda la casa de Israel
que Dios ha constituido Señor y Cristo a este Jesús a quien vosotros habéis
crucificado" (Hch 2, 36). [Fin]
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