martes, 28 de enero de 2014
80. ¿Cómo se difunde esta Buena Noticia?
(Compendio 80) Desde el primer momento,
los discípulos desearon ardientemente anunciar a Cristo, a fin de llevar a
todos los hombres a la fe en Él. También hoy, el deseo de evangelizar y
catequizar, es decir, de revelar en la persona de Cristo todo el designio de
Dios, y de poner a la humanidad en comunión con Jesús, nace de este
conocimiento amoroso de Cristo.
Resumen
(C.I.C 453) El nombre de Cristo significa
"Ungido", "Mesías". Jesús es el Cristo porque "Dios le
ungió con el Espíritu Santo y con poder" (Hch 10, 38). Era "el que ha
de venir" (Lc 7, 19), el objeto de "la esperanza de Israel"(Hch
28, 20).
Profundizar y modos de explicaciones
(C.I.C 426) "En el centro de la catequesis encontramos
esencialmente una Persona, la de Jesús de Nazaret, Unigénito del Padre […]; que
ha sufrido y ha muerto por nosotros y que ahora, resucitado, vive para siempre
con nosotros [...] Catequizar es [...] descubrir en la Persona de Cristo el
designio eterno de Dios [...]. Se trata de procurar comprender el significado
de los gestos y de las palabras de Cristo, los signos realizados por Él mismo" (Catechesi
tradendae, 5). El fin de la catequesis: "conducir a la comunión con
Jesucristo […]; sólo Él puede conducirnos al
amor del Padre en el Espíritu y hacernos partícipes de la vida de la Santísima
Trinidad" (Ibid.). (C.I.C 427)
"En la catequesis lo que se enseña es a Cristo, el Verbo encarnado e Hijo
de Dios y todo lo demás en referencia a Él; el
único que enseña es Cristo, y cualquier otro lo hace en la medida en que es
portavoz suyo, permitiendo que Cristo enseñe por su boca [...] Todo catequista
debería poder aplicarse a sí mismo la misteriosa palabra de Jesús: 'Mi doctrina
no es mía, sino del que me ha enviado' (Jn 7, 16)" (Catechesi tradendae, 6).
Para la reflexión
(C.I.C 428) El que está llamado a "enseñar a
Cristo" debe por tanto, ante todo, buscar esta "ganancia sublime que
es el conocimiento de Cristo"; es necesario "aceptar perder todas las
cosas para ganar a Cristo, y ser hallado en Él
" y "conocerle a Él, el poder de su
resurrección y la comunión en sus padecimientos hasta hacerme semejante a Él en su muerte, tratando de llegar a la
resurrección de entre los muertos" (Flp 3, 8-11). (C.I.C 429) De este
conocimiento amoroso de Cristo es de donde brota el deseo de anunciarlo, de
"evangelizar", y de llevar a otros al "sí" de la fe en
Jesucristo. Y al mismo tiempo se hace sentir la necesidad de conocer siempre
mejor esta fe. Con este fin, siguiendo el orden del Símbolo de la fe,
presentaremos en primer lugar los principales títulos de Jesús: Cristo, Hijo de
Dios, Señor (artículo 2). El Símbolo
confiesa a continuación los principales misterios de la vida de Cristo: los de
su encarnación (artículo 3), los de
su Pascua (artículos 4 y 5), y, por
último, los de su glorificación (artículos
6 y 7).
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