sábado, 4 de enero de 2014
60. ¿Quiénes son los ángeles?
60. ¿Quiénes son los ángeles?
(Compendio 60) Los ángeles son
criaturas puramente espirituales, incorpóreas, invisibles e inmortales; son
seres personales dotados de inteligencia y voluntad. Los ángeles, contemplando
cara a cara incesantemente a Dios, lo glorifican, lo sirven y son sus
mensajeros en el cumplimiento de la misión de salvación para todos los hombres.
Resumen
(C.I.C 350) Los ángeles son criaturas espirituales que
glorifican a Dios sin cesar y que sirven sus designios salvíficos con las otras
criaturas: "Ad omnia bona nostra
cooperantur angeli" ("Los ángeles cooperan en toda obra buena que
hacemos") (Santo Tomás de Aquino, Summa
theologiae, 1, 114, 3, ad 3). (C.I.C 351) Los ángeles rodean a Cristo, su
Señor. Le sirven particularmente en el cumplimiento de su misión salvífica para
con los hombres.
Profundizar y modos de explicaciones
(C.I.C 328) La existencia de seres espirituales, no
corporales, que la Sagrada Escritura llama habitualmente ángeles, es una verdad
de fe. E1 testimonio de la Escritura es tan claro como la unanimidad de la
Tradición. (C.I.C 329) San Agustín dice respecto a ellos: Angelus officii nomen est, non naturae. Quaeris numen huius naturae,
spiritus est; quaeris officium, ángelus est: ex eo quad est, spiritus est, ex
eo quod agit, ángelus ("El nombre de ángel indica su oficio, no su
naturaleza. Si preguntas por su naturaleza, te diré que es un espíritu; si
preguntas por lo que hace, te diré que es un ángel") (San Agustín, Enarratio in Psalmum 103, 1, 15: PL 37, 1348-1349). Con
todo su ser, los ángeles son servidores y mensajeros de Dios. Porque contemplan
"constantemente el rostro de mi Padre que está en los cielos" (Mt 18,
10), son "agentes de sus órdenes, atentos a la voz de su palabra"
(Sal 103, 20). (C.I.C 330) En tanto que criaturas puramente espirituales,
tienen inteligencia y voluntad: son criaturas personales (cf. Pío XII, Humani generis: DS 3891) e inmortales
(cf. Lc 20, 36). Superan en perfección a todas las criaturas visibles. El
resplandor de su gloria da testimonio de ello (cf. Dn 10, 9-12). (C.I.C 332)
Desde la creación (cf. Jb 38, 7, donde los ángeles son llamados "hijos de
Dios") y a lo largo de toda la historia de la salvación, los encontramos,
anunciando de lejos o de cerca, esa salvación y sirviendo al designio divino de
su realización: cierran el paraíso terrenal (cf. Gn 3, 24), protegen a Lot (cf.
Gn 19), salvan a Agar y a su hijo (cf. Gn 21, 17), detienen la mano de Abraham
(cf. Gn 22, 11), la ley es comunicada por su ministerio (cf. Hch 7,53),
conducen el pueblo de Dios (cf. Ex 23, 20-23), anuncian nacimientos (cf. Jc 13)
y vocaciones (cf. Jc 6, 11-24; Is 6, 6), asisten a los profetas (cf. 1R 19, 5),
por no citar más que algunos ejemplos. Finalmente, el ángel Gabriel anuncia el
nacimiento del Precursor y el del mismo Jesús (cf. Lc 1, 11.26).
Para la reflexión
(C.I.C 333) De la Encarnación a la Ascensión, la vida del
Verbo encarnado está rodeada de la adoración y del servicio de los ángeles.
Cuando Dios introduce "a su Primogénito en el mundo, dice: “Adórenle todos
los ángeles de Dios” (Hb 1, 6). Su cántico de alabanza en el nacimiento de
Cristo no ha cesado de resonar en la alabanza de la Iglesia: "Gloria a
Dios..." (Lc 2, 14). Protegen la infancia de Jesús (cf. Mt 1, 20; 2,
13.19), le sirven en el desierto (cf. Mc 1, 12; Mt 4, 11), lo reconfortan en la
agonía (cf. Lc 22, 43), cuando Él habría
podido ser salvado por ellos de la mano de sus enemigos (cf. Mt 26, 53) como en
otro tiempo Israel (cf. 2 M 10, 29-30; 11,8). Son también los ángeles quienes
"evangelizan" (cf. Lc 2, 10) anunciando la Buena Nueva de la
Encarnación (cf. Lc 2, 8-14), y de la Resurrección (cf. Mc 16, 5-7) de Cristo.
Con ocasión de la segunda venida de Cristo, anunciada por los ángeles (cf. Hb
1, 10-11), éstos estarán presentes al servicio del juicio del Señor (cf. Mt 13,
41; 25, 31 ; Lc 12, 8-9). (C.I.C 331) Cristo es el centro del mundo de los
ángeles. Los ángeles le pertenecen: "Cuando el Hijo del hombre venga en su
gloria acompañado de todos sus ángeles..." (Mt 25, 31). Le pertenecen
porque fueron creados por y para El:
"Porque en él fueron creadas todas las cosas, en los cielos y en la
tierra, las visibles y las invisibles, los Tronos, las Dominaciones, los
Principados, las Potestades: todo fue creado por Él y para Él" (Col 1,
16). Le pertenecen más aún porque los ha hecho mensajeros de su designio de
salvación: "¿Es que no son todos ellos espíritus servidores con la misión
de asistir a los que han de heredar la salvación?" (Hb 1, 14). (Continua)
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