martes, 17 de septiembre de 2013
Jl 2, 12-13 Vuelvan al Señor su Dios, él es bondadoso y compasivo
12 Pero aún ahora
–oráculo del Señor– vuelvan a mí de todo corazón, con ayuno, llantos y
lamentos. 13 Desgarren su corazón y no sus vestiduras, y vuelvan al Señor, su
Dios, porque él es bondadoso y compasivo, lento para la ira y rico en
fidelidad, y se arrepiente de tus amenazas.
(C.I.C 1430) Como ya en los
profetas, la llamada de Jesús a la conversión y a la penitencia no mira, en
primer lugar, a las obras exteriores "el saco y la ceniza", los
ayunos y las mortificaciones, sino a la
conversión del corazón, la penitencia interior. Sin ella, las obras de
penitencia permanecen estériles y engañosas; por el contrario, la conversión
interior impulsa a la expresión de esta actitud por medio de signos visibles,
gestos y obras de penitencia (cf. Jl 2,12-13; Is 1,16-17; Mt 6,1-6. 16-18).
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