miércoles, 4 de julio de 2012
Ex 4,22 Israel es mi hijo primogénito
(C.I.C 238) La invocación de Dios
como "Padre" es conocida en muchas religiones. La divinidad es con
frecuencia considerada como "padre de los dioses y de los hombres".
En Israel, Dios es llamado Padre en cuanto Creador del mundo (Cf. Dt 32,6; Ml
2,10). Pues aún más, es Padre en razón de la alianza y del don de la Ley a
Israel, su "primogénito" (Ex 4,22). Es llamado también Padre del rey
de Israel (cf. 2 S 7,14). Es muy especialmente "el Padre de los
pobres", del huérfano y de la viuda, que están bajo su protección amorosa
(cf. Sal 68,6). (C.I.C 441) Hijo
de Dios, en el Antiguo Testamento, es un título dado a los ángeles (cf. Dt
32, 8; Jb 1, 6), al pueblo elegido (cf. Ex 4, 22;Os 11, 1; Jr 3, 19; Si 36, 11;
Sb 18, 13), a los hijos de Israel (cf. Dt 14, 1; Os 2, 1) y a sus reyes (cf. 2S
7, 14; Sal 82, 6). Significa entonces una filiación adoptiva que establece
entre Dios y su criatura unas relaciones de una intimidad particular. Cuando el
Rey-Mesías prometido es llamado "hijo de Dios" (cf. 1Cro 17, 13; Sal
2, 7), no implica necesariamente, según el sentido literal de esos textos, que
sea más que humano. Los que designaron así a Jesús en cuanto Mesías de Israel
(cf. Mt 27, 54), quizá no quisieron decir nada más (cf. Lc 23, 47).
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