martes, 23 de junio de 2009

Rm 9, 14-18 Todo depende de la misericordia de Dios

(Rm 9, 14-18) Todo depende de la misericordia de Dios
[14] ¿Diremos por eso que Dios es injusto? ¡De ninguna manera! [15] Porque él dijo a Moisés: Seré misericordioso con el que yo quiera, y me compadeceré del que quiera compadecerme. [16] En consecuencia, todo depende no del querer o del esfuerzo del hombre, sino de la misericordia de Dios. [17] Porque la Escritura dice al Faraón: Precisamente para eso te he exaltado, para que en ti se manifieste mi poder y para que mi Nombre sea celebrado en toda la tierra. [18] De manera que Dios tiene misericordia del que él quiere y endurece al que él quiere.
(C.I.C 277) Dios manifiesta su omnipotencia convirtiéndonos de nuestros pecados y restableciéndonos en su amistad por la gracia ("Deus, qui omnipotentiam tuam parcendo maxime et miserando manifestas..." -"Oh Dios, que manifiestas especialmente tu poder con el perdón y la misericordia...") (Domingo XXVI del tiempo Ordinario. Colecta: Misal Romano). (C.I.C 271) La omnipotencia divina no es en modo alguno arbitraria: "En Dios el poder y la esencia, la voluntad y la inteligencia, la sabiduría y la justicia son una sola cosa, de suerte que nada puede haber en el poder divino que no pueda estar en la justa voluntad de Dios o en su sabia inteligencia" (Santo Tomás de Aquino, Summa theologiae, 1, 25, 5, 1).

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