lunes, 1 de junio de 2009

Rm 3, 1-4 Dios es veraz y todo hombre mentiroso

Romanos 3
(Rm 3, 1-4) Dios es veraz y todo hombre mentiroso
[1] ¿Cuál es entonces la superioridad del judío, y qué utilidad tiene la circuncisión? [2] Las ventajas son muchas desde todo punto de vista. Ante todo, Dios confió su Palabra a los judíos. [3] ¿Y qué importa que algunos no hayan creído? ¿Acaso su incredulidad anulará la fidelidad de Dios? [4] De ninguna manera: Dios es veraz, y todo hombre, mentiroso, porque como dice la Escritura: Serás reconocido como justo por lo que dices y triunfarás cuando seas juzgado.
(C.I.C 2465) El Antiguo Testamento lo proclama: Dios es fuente de toda verdad. Su Palabra es verdad (cf. Pr 8, 7; 2S 7, 28). Su ley es verdad (cf. Sal 119, 142). ‘Tu verdad, de edad en edad’ (Sal 119, 90; Lc 1, 50). Puesto que Dios es el ‘Veraz’ (Rm 3, 4), los miembros de su pueblo son llamados a vivir en la verdad (cf. Sal 119, 30).

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