viernes, 17 de abril de 2015
422. ¿Qué es la justificación? (Segunda parte - continuación)
(Compendio 422 - repetición) La
justificación es la obra más excelente del amor de Dios. Es la acción
misericordiosa y gratuita de Dios, que borra nuestros pecados, y nos hace
justos y santos en todo nuestro ser. Somos justificados por medio de la gracia
del Espíritu Santo, que la Pasión de Cristo nos ha merecido y se nos ha dado en
el Bautismo. Con la justificación comienza la libre respuesta del hombre, esto
es, la fe en Cristo y la colaboración con la gracia del Espíritu Santo.
Resumen
(C.I.C 2018) La justificación, como la conversión, presenta
dos aspectos. Bajo la moción de la gracia, el hombre se vuelve a Dios y se
aparta del pecado, acogiendo así el perdón y la justicia de lo alto. (C.I.C 2019)
La justificación entraña la remisión de los pecados, la santificación y la
renovación del hombre interior.
Profundizar y modos de explicaciones
(C.I.C 1990) La justificación libera al hombre del pecado que contradice al amor de Dios, y purifica su
corazón. La justificación es prolongación de la iniciativa misericordiosa de
Dios que otorga el perdón. Reconcilia al hombre con Dios, libera de la
servidumbre del pecado y sana. (C.I.C 1991) La justificación es, al mismo
tiempo, acogida de la justicia de Dios
por la fe en Jesucristo. La justicia designa aquí la rectitud del amor divino.
Con la justificación son difundidas en nuestros corazones la fe, la esperanza y
la caridad, y nos es concedida la obediencia a la voluntad divina.
Para la reflexión
(C.I.C 1993) La justificación establece la colaboración entre la gracia de Dios y la
libertad del hombre. Por parte del hombre se expresa en el asentimiento de
la fe a la Palabra de Dios que lo invita a la conversión, y en la cooperación
de la caridad al impulso del Espíritu Santo que lo previene y lo custodia: “Cuando
Dios toca el corazón del hombre mediante la iluminación del Espíritu Santo, el
hombre no está sin hacer nada en absoluto al recibir aquella inspiración, pueso
que puede también rechazarla; y, sin embargo, sin la gracia de Dios, tampoco
puede dirigirse, por su voluntad libre, hacia la justicia delante de Él” (Concilio de
Trento: DS 1525). (C.I.C 1994) La justificación es la obra más excelente del amor de Dios, manifestado en Cristo Jesús y
concedido por el Espíritu Santo. San Agustín afirma que ‘la justificación del
impío […] es una obra más grande que la creación del cielo y de la tierra’ […] porque
‘el cielo y la tierra pasarán, mientras […] la salvación y la justificación de
los elegidos permanecerán’ (San Agustín, In
Johannis evangelium tractatus, 72, 3: PL 35, 1823). Dice incluso que la
justificación de los pecadores supera a la creación de los ángeles en la
justicia porque manifiesta una misericordia mayor. (Continua)
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario