martes, 14 de abril de 2015
421. ¿Dónde se encuentra la Ley nueva? (Primera parte)
(Compendio 421) La Ley nueva se encuentra en toda la vida
y la predicación de Cristo y en la catequesis moral de los Apóstoles; el Sermón
de la Montaña es su principal expresión.
Resumen
(C.I.C 1986) Más allá de sus preceptos, la Ley nueva
contiene los consejos evangélicos. ‘La santidad de la Iglesia también se
fomenta de manera especial con los múltiples consejos que el Señor propone en
el Evangelio a sus discípulos para que los practiquen’ (Lumen gentium, 42).
Profundizar y modos de explicaciones
(C.I.C 1971) Al Sermón del monte conviene añadir la catequesis moral de las enseñanzas
apostólicas, como Rm 12-15; 1Co 12-13; Col 3-4; Ef 4-5, etc. Esta doctrina
transmite la enseñanza del Señor con la autoridad de los Apóstoles,
especialmente exponiendo las virtudes que se derivan de la fe en Cristo y que
anima la caridad, el principal don del Espíritu Santo. ‘Vuestra caridad sea sin
fingimiento […] amándoos cordialmente los unos a los otros [...] con la alegría
de la esperanza; constantes en la tribulación; perseverantes en la oración;
compartiendo las necesidades de los santos; practicando la hospitalidad’ (Rm
12, 9-13). Esta catequesis nos enseña también a tratar los casos de conciencia
a la luz de nuestra relación con Cristo y con la Iglesia (Cf. Rm 14; 1Co 5,
10).
Para la reflexión
(C.I.C 1972) La Ley nueva es llamada ley de amor, porque hace obrar por el amor que infunde el Espíritu
Santo más que por el temor; ley de gracia,
porque confiere la fuerza de la gracia para obrar mediante la fe y los
sacramentos; ley de libertad (Cf. St
1, 25; 2, 12), porque nos libera de las observancias rituales y jurídicas de la
Ley antigua, nos inclina a obrar espontáneamente bajo el impulso de la caridad
y nos hace pasar de la condición del siervo ‘que ignora lo que hace su señor’,
a la de amigo de Cristo, ‘porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a
conocer’ (Jn 15, 15), o también a la condición de hijo heredero (Cf. Ga 4,
1-7.21-31; Rm 8, 15). (Continua)
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