sábado, 27 de diciembre de 2014
336. ¿Con qué autoridad se ejerce el sacerdocio ministerial? (Tercera parte - continuación)
(Compendio 336 - repetición) Los
sacerdotes ordenados, en el ejercicio del ministerio sagrado, no hablan ni
actúan por su propia autoridad, ni tampoco por mandato o delegación de la
comunidad, sino en la Persona de Cristo Cabeza y en nombre de la Iglesia. Por
tanto, el sacerdocio ministerial se diferencia esencialmente, y no sólo en
grado, del sacerdocio común de los fieles, al servicio del cual lo instituyó
Cristo.
Resumen
(C.I.C 1536) El Orden es el
sacramento gracias al cual la misión confiada por Cristo a sus Apóstoles sigue
siendo ejercida en la Iglesia hasta el fin de los tiempos: es, pues, el
sacramento del ministerio apostólico. Comprende tres grados: el episcopado, el
presbiterado y el diaconado.
Profundizar y modos de explicaciones
(C.I.C 1552) El sacerdocio
ministerial no tiene solamente por tarea representar a Cristo –Cabeza de la
Iglesia– ante la asamblea de los fieles, actúa también en nombre de toda la
Iglesia cuando presenta a Dios la oración de la Iglesia (cf. Sacrosanctum Concilium, 33) y sobre todo cuando ofrece el sacrificio eucarístico
(cf. Lumen gentium, 10).
Para la reflexión
(C.I.C 1553) "En nombre de toda la Iglesia", expresión que no
quiere decir que los sacerdotes sean los delegados de la comunidad. La oración
y la ofrenda de la Iglesia son inseparables de la oración y la ofrenda de
Cristo, su Cabeza. Se trata siempre del culto de Cristo en y por su Iglesia. Es
toda la Iglesia, cuerpo de Cristo, la que ora y se ofrece, per ipsum et cum ipso et in ipso, en la unidad del Espíritu Santo,
a Dios Padre. Todo el cuerpo, caput et
membra, ora y se ofrece, y por eso quienes, en este cuerpo, son
específicamente sus ministros, son llamados ministros no sólo de Cristo, sino
también de la Iglesia. El sacerdocio ministerial puede representar a la Iglesia
porque representa a Cristo. [Fin]
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