jueves, 18 de diciembre de 2014
331. ¿Cómo se celebra el sacramento del Orden?
(Compendio 331) En cada uno de sus tres grados, el
sacramento del Orden se confiere mediante la imposición de las manos sobre la
cabeza del ordenando por parte del obispo, quien pronuncia la solemne oración
consagratoria. Con ella, el obispo pide a Dios para el ordenando una especial
efusión del Espíritu Santo y de sus dones, en orden al ejercicio de su
ministerio.
Resumen
(C.I.C 1597) El sacramento del
Orden es conferido por la imposición de las manos seguida de una oración
consecratoria solemne que pide a Dios para el ordenando las gracias del
Espíritu Santo requeridas para su ministerio. La ordenación imprime un carácter
sacramental indeleble.
Profundizar y modos de explicaciones
(C.I.C 1572) La celebración de la
ordenación de un obispo, de presbíteros o de diáconos, por su importancia para
la vida de la Iglesia particular, exige el mayor concurso posible de fieles.
Tendrá lugar preferentemente el domingo y en la catedral, con una solemnidad
adaptada a las circunstancias. Las tres ordenaciones, del obispo, del
presbítero y del diácono, tienen el mismo dinamismo. El lugar propio de su
celebración es dentro de la Eucaristía. (C.I.C 1573)
El rito esencial del sacramento del
Orden está constituido, para los tres grados, por la imposición de manos del
obispo sobre la cabeza del ordenando así como por una oración consecratoria
específica que pide a Dios la efusión del Espíritu Santo y de sus dones
apropiados al ministerio para el cual el candidato es ordenado (cf. Pío XII, Sacramentum Ordinis: DS 3858).
Para la reflexión
(C.I.C 1574) Como en todos los
sacramentos, ritos complementarios rodean la celebración. Estos varían
notablemente en las distintas tradiciones litúrgicas, pero tienen en común la
expresión de múltiples aspectos de la gracia sacramental. Así, en el rito
latino, los ritos iniciales - la presentación y elección del ordenando, la
alocución del obispo, el interrogatorio del ordenando, las letanías de los
santos - ponen de relieve que la elección del candidato se hace conforme al uso
de la Iglesia y preparan el acto solemne de la consagración; después de ésta
varios ritos vienen a expresar y completar de manera simbólica el misterio que
se ha realizado: para el obispo y el presbítero la unción con el santo crisma,
signo de la unción especial del Espíritu Santo que hace fecundo su ministerio;
la entrega del libro de los evangelios, del anillo, de la mitra y del báculo al
obispo en señal de su misión apostólica de anuncio de la Palabra de Dios, de su
fidelidad a la Iglesia, esposa de Cristo, de su cargo de pastor del rebaño del
Señor; entrega al presbítero de la patena y del cáliz, "la ofrenda del
pueblo santo" (Pontifical Romano:
Ordenación de Obispos, presbíteros y diáconos. Ordenación de Presbíteros.
Entrega del pan y del vino) que es llamado a presentar a Dios; la entrega del
libro de los evangelios al diácono que acaba de recibir la misión de anunciar
el evangelio de Cristo.
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