jueves, 25 de diciembre de 2014
336. ¿Con qué autoridad se ejerce el sacerdocio ministerial? (Primera parte)
(Compendio 336) Los sacerdotes ordenados, en el ejercicio
del ministerio sagrado, no hablan ni actúan por su propia autoridad, ni tampoco
por mandato o delegación de la comunidad, sino en la Persona de Cristo Cabeza y
en nombre de la Iglesia. Por tanto, el sacerdocio ministerial se diferencia
esencialmente, y no sólo en grado, del sacerdocio común de los fieles, al
servicio del cual lo instituyó Cristo.
Resumen
(C.I.C 1536) El Orden es el
sacramento gracias al cual la misión confiada por Cristo a sus Apóstoles sigue
siendo ejercida en la Iglesia hasta el fin de los tiempos: es, pues, el
sacramento del ministerio apostólico. Comprende tres grados: el episcopado, el
presbiterado y el diaconado.
Profundizar y modos de explicaciones
(C.I.C 1547) El sacerdocio
ministerial o jerárquico de los obispos y de los presbíteros, y el sacerdocio
común de todos los fieles, "aunque su diferencia es esencial y no sólo en
grado, están ordenados el uno al otro; ambos, en efecto, participan (Lumen gentium, 10), cada uno a su
manera, del único sacerdocio de Cristo" (Lumen gentium, 10). ¿En qué sentido? Mientras el sacerdocio común
de los fieles se realiza en el desarrollo de la gracia bautismal (vida de fe,
de esperanza y de caridad, vida según el Espíritu), el sacerdocio ministerial
está al servicio del sacerdocio común, en orden al desarrollo de la gracia
bautismal de todos los cristianos. Es uno de los medios por los cuales Cristo no cesa de construir y de conducir a
su Iglesia. Por esto es transmitido mediante un sacramento propio, el
sacramento del Orden.
Para la reflexión
(C.I.C 1548) En el servicio
eclesial del ministro ordenado es Cristo mismo quien está presente a su Iglesia
como Cabeza de su cuerpo, Pastor de su rebaño, Sumo Sacerdote del sacrificio redentor,
Maestro de la Verdad. Es lo que la Iglesia expresa al decir que el sacerdote,
en virtud del sacramento del Orden, actúa in
persona Christi Capitis (cf. Lumen
gentium, 10; 28; Sacrosanctum
Concilium, 33; Christus Dominus, 11; Presbiterorum Ordinis 2, 6): “Es al mismo Cristo Jesús, Sacerdote, a cuya sagrada
persona representa el ministro. Este, ciertamente, gracias a la consagración
sacerdotal recibida se asimila al Sumo Sacerdote y goza de la facultad de
actuar por el poder de Cristo mismo (a quien representa)” (Pío XII, Mediator Dei). "Christus est fons totius sacerdotii; nan
sacerdos legalis erat figura ipsius, sacerdos autem novae legis in persona
ipsius operatur" (Cristo es la fuente de todo sacerdocio, pues el
sacerdote de la antigua ley era figura de Él, y el sacerdote de la nueva ley
actúa en representación suya" (Santo
Tomás de Aquino, Summa theologiae, 3,
22, 4). (Continua)
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