domingo, 18 de agosto de 2013

Jr 32, 10 Hice la escritura, la sellé, la certifiqué



(Jr 32, 10) Hice la escritura, la sellé, la certifiqué

10 Hice la escritura, la sellé, la certifiqué con testigos y pesé la plata en una balanza. 
(C.I.C 1295) Por medio de esta unción, el confirmando recibe "la marca", el sello del Espíritu Santo. El sello es el símbolo de la persona (cf. Gn 38,18; Ct 8,9), signo de su autoridad (cf. Gn 41,42), de su propiedad sobre un objeto (cf. Dt 32,34) -por eso se marcaba a los soldados con el sello de su jefe y a los esclavos con el de su señor-; autentifica un acto jurídico (cf. 1R 21,8) o un documento (cf. Jr 32,10) y lo hace, si es preciso, secreto (cf. Is 29,11).   

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