jueves, 15 de agosto de 2013
Jr 31, 33 Yo seré su Dios y ellos serán mi Pueblo
33 Esta es la
Alianza que estableceré con la casa de Israel, después de aquellos días
–oráculo del Señor–: pondré mi Ley dentro de ellos, y la escribiré en sus
corazones; yo seré su Dios y ellos serán mi Pueblo.
(C.I.C 716) El Pueblo de los "pobres" (cf. So 2,
3; Sal 22, 27; 34, 3; Is 49, 13; 61, 1; etc.), los humildes y los mansos,
totalmente entregados a los designios misteriosos de Dios, los que esperan la
justicia, no de los hombres sino del Mesías, todo esto es, finalmente, la gran
obra de la Misión escondida del Espíritu Santo durante el tiempo de las Promesas
para preparar la venida de Cristo. Esta es la calidad de corazón del Pueblo,
purificado e iluminado por el Espíritu, que se expresa en los Salmos. En estos
pobres, el Espíritu prepara para el Señor "un pueblo bien dispuesto"
(cf. Lc 1, 17). (C.I.C 368) La tradición espiritual
de la Iglesia también presenta el corazón en su sentido bíblico de "lo más
profundo del ser" “en sus corazones” (Jr 31,33), donde la persona se
decide o no por Dios (cf. Dt 6,5; 29,3; Is 29,13; Ez 36,26; Mt 6,21; Lc 8,15;
Rm 5,5).
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario