martes, 6 de agosto de 2013

Jr 11, 19 Yo era como un manso cordero, llevado al matadero



(Jr 11, 19) Yo era como un manso cordero, llevado al matadero

19 Y yo era como un manso cordero, llevado al matadero, sin saber que ellos urdían contra mí sus maquinaciones: «¡Destruyamos el árbol mientras tiene savia, arranquémoslo de la tierra de los vivientes, y que nadie se acuerde más de su nombre!».
(C.I.C 608) Juan Bautista, después de haber aceptado bautizarle en compañía de los pecadores (cf. Lc 3, 21; Mt 3, 14-15), vio y señaló a Jesús como el "Cordero de Dios que quita los pecados del mundo" (cf. Jn 1, 29. 36). Manifestó así que Jesús es a la vez el Siervo doliente que se deja llevar en silencio al matadero (cf. Is 53, 7; Jr 11, 19) y carga con el pecado de las multitudes (cf. Is 53, 12) y el cordero pascual símbolo de la Redención de Israel cuando celebró la primera Pascua (cf. Ex 12, 3-14; Jn 19, 36; 1Co 5, 7). Toda la vida de Cristo expresa su misión: "Servir y dar su vida en rescate por muchos" (cf. Mc 10, 45). 

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