viernes, 7 de diciembre de 2012
Tb 12, 12 Sus peticiones delante de la gloria del Señor
(C.I.C 335) En su liturgia, la Iglesia se une a los ángeles
para adorar al Dios tres veces santo (cf. Plegaria
eucarística, 27, Sanctus:
Misal Romano); invoca su asistencia (así en el “Supplices te rogamus…” [“Te pedimos humildemente…”] del Canon
romano el "In Paradisum deducant te
angeli..." ["Al Paraíso te lleven los ángeles..."] de la
liturgia de difuntos (Ritual de exequias,
50), o también en el "himno querúbico" de la liturgia bizantina Liturgia bizantina de san Juan Crisóstomo,
Hymnus Cherubinorum) y celebra más particularmente la memoria de ciertos
ángeles (san Miguel, san Gabriel, san Rafael, los ángeles custodios). (C.I.C 336)
Desde su comienzo (cf. Mt 18, 10) a la muerte (cf. Lc 16, 22), la vida humana
está rodeada de su custodia (cf. Sal 34, 8; 91, 1013) y de su intercesión (cf.
Jb 33, 23-24; Za 1,12; Tb 12, 12). "Nadie podrá negar que cada fiel tiene
a su lado un ángel como protector y pastor para conducir su vida" (san
Basilio Magno, Adversus Eunomium 3,
1: PG 29, 656). Desde esta tierra, la vida cristiana participa, por la fe, en
la sociedad bienaventurada de los ángeles y de los hombres, unidos en Dios.
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