lunes, 10 de diciembre de 2012
Jdt 9, 5-8 Tú has hecho el pasado, el presente y el porvenir
5 Tú has hecho el
pasado, el presente y el porvenir; tú decides los acontecimientos presentes y
futuros, y sólo se realiza lo que tú has dispuesto. 6 Las cosas que tú has
ordenado se presentan y exclaman: «¡Aquí estamos!». Porque tú preparas todos
tus caminos, y tus juicios están previstos de antemano. 7 Mira que los asirios,
colmados de poderío, se glorían de sus caballos y sus jinetes, se enorgullecen
del vigor de sus soldados, confían en sus escudos y sus lanzas, en sus arcos y
sus hondas, y no reconocen que tú eres el Señor, el que pone fin a las guerras.
8 ¡Tu nombre es «Señor»! Quebranta su fuerza con tu poder, aplasta su poderío
con tu ira, porque se han propuesto profanar tu Santuario, manchar la Morada
donde habita la Gloria de tu Nombre, y derribar tu altar a golpes de hierro.
(C.I.C 2563) El corazón es la morada donde yo estoy, o
donde yo habito (según la expresión semítica o bíblica: donde yo "me
adentro"). Es nuestro centro escondido, inaprensible, ni por nuestra razón
ni por la de nadie; sólo el Espíritu de Dios puede sondearlo y conocerlo. Es el
lugar de la decisión, en lo más profundo de nuestras tendencias psíquicas. Es
el lugar de la verdad, allí donde elegimos entre la vida y la muerte. Es el
lugar del encuentro, ya que a imagen de Dios, vivimos en relación: es el lugar
de la Alianza.
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