viernes, 21 de diciembre de 2012
2M 11, 8 Un jinete con vestiduras blancas y esgrimiendo armas de oro
8 y, cuando todavía estaban cerca de Jerusalén, apareció
al frente de ellos un jinete con vestiduras blancas y esgrimiendo armas de oro.
(C.I.C 330) En tanto que criaturas puramente
espirituales, tienen inteligencia y voluntad: son criaturas personales (cf. Pío
XII, Humani generis: DS 3891) e
inmortales (cf. Lc 20, 36). Superan en perfección a todas las criaturas
visibles. El resplandor de su gloria da testimonio de ello (cf. Dn 10, 9-12). (C.I.C
332) Desde la creación (cf. Jb 38, 7, donde los ángeles son llamados
"hijos de Dios") y a lo largo de toda la historia de la salvación,
los encontramos, anunciando de lejos o de cerca, esa salvación y sirviendo al
designio divino de su realización: cierran el paraíso terrenal (cf. Gn 3, 24),
protegen a Lot (cf. Gn 19), salvan a Agar y a su hijo (cf. Gn 21, 17), detienen
la mano de Abraham (cf. Gn 22, 11), la ley es comunicada por su ministerio (cf.
Hch 7,53), conducen el pueblo de Dios (cf. Ex 23, 20-23), anuncian nacimientos
(cf. Jc 13) y vocaciones (cf. Jc 6, 11-24; Is 6, 6), asisten a los profetas
(cf. 1R 19, 5), por no citar más que algunos ejemplos. Finalmente, el ángel
Gabriel anuncia el nacimiento del Precursor y el del mismo Jesús (cf. Lc 1, 11.26).
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