viernes, 6 de marzo de 2009

Hch 7, 30-34 Yo soy el Dios de tus padres, de Abraham

(Hch 7, 30-34) Yo soy el Dios de tus padres, de Abraham
[30] Al cabo de cuarenta años se le apareció un ángel en el desierto del monte Sinaí, en la llama de una zarza ardiente. [31] Moisés quedó maravillado ante tal aparición y, al acercarse para ver mejor, oyó la voz del Señor que le decía: [32] “Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob”. Moisés, atemorizado, no se atrevía a mirar. [33] Entonces el Señor le dijo: “Quítate las sandalias porque estás pisando un lugar sagrado. [34] Yo he visto la opresión de mi Pueblo que está en Egipto, he oído sus gritos de dolor, y por eso he venido a librarlos. Ahora prepárate, porque he decidido enviarte a Egipto”.
(C.I.C 204) Dios se reveló progresivamente y bajo diversos nombres a su pueblo, pero la revelación del Nombre Divino, hecha a Moisés en la teofanía de la zarza ardiente, en el umbral del Exodo y de la Alianza del Sinaí, demostró ser la revelación fundamental tanto para la Antigua como para la Nueva Alianza. (C.I.C 205) Dios llama a Moisés desde una zarza que arde sin consumirse. Dios dice a Moisés: "Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob" (Ex 3,6). Dios es el Dios de los padres. El que había llamado y guiado a los patriarcas en sus peregrinaciones. Es el Dios fiel y compasivo que se acuerda de ellos y de sus promesas; viene para librar a sus descendientes de la esclavitud. Es el Dios que más allá del espacio y del tiempo lo puede y lo quiere, y que pondrá en obra toda su Omnipotencia para este designio.

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