lunes, 2 de marzo de 2009

Hch 5, 34-37 Cuídense bien de lo que van a hacer

(Hch 5, 34-37) Cuídense bien de lo que van a hacer
[34] Pero un fariseo, llamado Gamaliel, que era doctor de la Ley, respetado por todo el pueblo, se levantó en medio del Sanedrín. Después de hacer salir por un momento a los Apóstoles, [35] dijo a los del Sanedrín: «Israelitas, cuídense bien de lo que van a hacer con esos hombres. [36] Hace poco apareció Teudas, que pretendía ser un personaje, y lo siguieron unos cuatrocientos hombres; sin embargo, lo mataron, sus partidarios se dispersaron, y ya no queda nada. [37] Después de él, en la época del censo, apareció Judas de Galilea, que también arrastró mucha gente: igualmente murió, y todos sus partidarios se dispersaron.
(C.I.C 682) Cristo glorioso, al venir al final de los tiempos a juzgar a vivos y muertos, revelará la disposición secreta de los corazones y retribuirá a cada hombre según sus obras y según su aceptación o su rechazo de la gracia. (C.I.C 857) La Iglesia es apostólica porque está fundada sobre los apóstoles, y esto en un triple sentido: — Fue y permanece edificada sobre "el fundamento de los apóstoles" (Ef 2, 20; Ap 21, 14), testigos escogidos y enviados en misión por el mismo Cristo (cf. Mt 28, 16-20; Hch 1, 8; 1Co 9, 1; 15, 7-8; Ga 1, l; etc.). — guarda y transmite, con la ayuda del Espíritu Santo que habita en ella, la enseñanza (cf. Hch 2, 42), el buen depósito, las sanas palabras oídas a los apóstoles (cf. 2Tm 1, 13-14). — sigue siendo enseñada, santificada y dirigida por los apóstoles hasta la vuelta de Cristo gracias a aquellos que les suceden en su ministerio pastoral: el colegio de los obispos, "a los que asisten los presbíteros juntamente con el sucesor de Pedro y Sumo Pastor de la Iglesia" (Ad gentes, 5): “Porque no abandonas nunca a tu rebaño, sino que, por medio de los santos pastores, lo proteges y conservas, y quieres que tenga siempre por guía la palabra de aquellos mismos pastores a quienes tu Hijo dio la misión de anunciar el Evangelio” (Prefacio de Apóstoles I: Misal Romano).

No hay comentarios: