lunes, 21 de enero de 2019
Comentario CIC al YouCat Pregunta n. 421.
(Respuesta YouCat) Como métodos de regulación consciente
de la fecundidad la Iglesia remite a los métodos perfeccionados de la
autoobservación y de la planificación
familiar natural (PFN/RNF = regulación natural de la fecundidad).
Corresponden a la dignidad del varón y la mujer; respetan las leyes internas
del cuerpo femenino; exigen ternura y unas relaciones recíprocas respetuosas y
son por ello una escuela del amor.
Reflecciones y
puntos a profundizar
(Comentario CIC) (CIC
2370a) La continencia periódica,
los métodos de regulación de nacimientos fundados en la autoobservación y el
recurso a los períodos infecundos (Humanae
vitae, 16) son conformes a los criterios objetivos de la moralidad. Estos
métodos respetan el cuerpo de los esposos, fomentan el afecto entre ellos y
favorecen la educación de una libertad auténtica. Por el contrario, es
intrínsecamente mala “toda acción que, o en previsión del acto conyugal, o en
su realización, o en el desarrollo de sus consecuencias naturales, se proponga
como fin o como medio, hacer imposible la procreación” (Humanae vitae, 14).
Para meditar
(Comentario YouCat) No es
indiferente que un matrimonio recurra a la anticoncepción o que aproveche el
ciclo de los días fértiles de la mujer para regular responsablemente, es decir,
generosamente la fecundidad. En el primer caso, distorsiona la naturaleza
propia de la relación íntima conyugal haciéndola intencionadamente infecunda;
en el segundo caso, respeta la integridad de esa relación íntima personal. La
Iglesia rechaza La anticoncepción —realizada por medios químicos (la
«pildora»), mecánicos (el preservativo), quirúrgicos (la esterilización) y
otros (la interrupción del acto)— no tanto por su carácter «artificial», cuanto
porque falsifica la relación personal conyugal privándola de su significado
natural propio (ser fecunda). La mentalidad anticonceptiva, que implica una
voluntad a ultranza de impedir la fecundidad, puede también afectar al uso de
los «métodos naturales», que entonces también sería ilegítimo. Pero cuando
recurre a los mencionados «métodos artificiales» la mentalidad anticonceptiva
tampoco se detiene ante Los daños que causan a la salud de la mujer, ni ante el
carácter abortivo de algunos de ellos (la espiral o la «pildora del día
después»), ni ante los diversos trastornos que ocasionan a la vida conyugal.
(Comentario CIC) (CIC 2371) Por otra parte, “sea claro a todos que la vida de los
hombres y la tarea de transmitirla no se limita a este mundo sólo y no se puede
medir ni entender sólo por él, sino que mira siempre al destino eterno de
los hombres” (Gaudium et spes,
51). (CIC 2399) La regulación
de la natalidad representa uno de los aspectos de la paternidad y la maternidad
responsables. La legitimidad de las intenciones de los esposos no justifica el
recurso a medios moralmente reprobables (p.e., la esterilización directa o la
anticoncepción).
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