sábado, 30 de diciembre de 2017
Comentario CIC al YouCat Pregunta n. 242
(Respuesta YouCat – repeticion) Jesús nos enseña que el
cielo sufre cuando nosotros sufrimos. Dios quiere ser reconocido incluso en
«uno de estos mis hermanos más pequeños» (Mt 25,40). Por eso Jesús ha
establecido el cuidado de los enfermos como tarea central para sus discípulos.
Los exhorta: «Curad enfermos» (Mt 10,8), y les promete el poder divino:
«Echarán demonios en mi nombre... impondrán las manos a los enfermos, y
quedarán sanos» (Mc 16,17-18).
Reflecciones y
puntos a profundizar (Comentario CIC) (C.I.C 1509)
"¡Sanad a los enfermos!" (Mt 10,8). La Iglesia ha recibido esta tarea
del Señor e intenta realizarla tanto mediante los cuidados que proporciona a
los enfermos como por la oración de intercesión con la que los acompaña. Cree
en la presencia vivificante de Cristo, médico de las almas y de los cuerpos.
Esta presencia actúa particularmente a través de los sacramentos, y de manera
especial por la Eucaristía, pan que da la vida eterna (cf. Jn 6, 54. 58) y cuya
conexión con la salud corporal insinúa San Pablo (cf. 1Co 11,30).
Para meditar
(Comentario YouCat) Uno de los rasgos determinantes del
cristianismo ha sido siempre que los ancianos, los enfermos y los necesitados
de cuidados estén en el centro. Madre Teresa, que cuidó de los moribundos en
los suburbios de Calcuta, es sólo una persona en una larga cadena de cristianos
y cristianas que encontraron a Cristo precisamente en aquellos que eran
excluidos y evitados por los demás. Cuando los cristianos son verdaderamente
cristianos, brota de ellos un efecto curativo. Algunos reciben incluso el don
de curar corporalmente en la fuerza del Espíritu Santo (carisma de la sanación
(carismas).
(Comentario CIC) (C.I.C 1510)
No obstante la Iglesia apostólica tuvo un rito propio en favor de los enfermos,
atestiguado por Santiago: "Está enfermo alguno de vosotros? Llame a los
presbíteros de la Iglesia, que oren sobre él y le unjan con óleo en el nombre
del Señor. Y la oración de la fe salvará al enfermo, y el Señor hará que se
levante, y s i hubiera cometido pecados, le serán perdonados" (St
5,14-15). La Tradición ha reconocido en este rito uno de los siete sacramentos
de la Iglesia (cf. San Inocencio I: DS 216; Concilio de Florencia: DS 1324-1325;
Concilio de Trento: DS 1695-1696;
1716-1717).
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