jueves, 7 de diciembre de 2017
Comentario CIC al YouCat Pregunta n. 230
(Respuesta YouCat – repeticion) La penitencia es la
reparación de una injusticia cometida. La penitencia no debe darse sólo en la
mente, sino que debe expresarse en obras de misericordia y en el compromiso con
los demás. También con la oración, el ayuno y la ayuda material y espiritual a
los pobres se hace penitencia.
Reflecciones y
puntos a profundizar (Comentario CIC) (C.I.C 545) Jesús invita a los pecadores al banquete del Reino: "No he venido a llamar
a justos sino a pecadores" (Mc 2, 17; cf. 1Tim 1, 15). Les invita a la
conversión, sin la cual no se puede entrar en el Reino, pero les muestra de
palabra y con hechos la misericordia sin límites de su Padre hacia ellos (cf.
Lc 15, 11-32) y la inmensa "alegría en el cielo por un solo pecador que se
convierta" (Lc 15, 7). La prueba suprema de este amor será el sacrificio
de su propia vida "para remisión de los pecados" (Mt 26, 28).
Para meditar
(Comentario YouCat) Con frecuencia se entiende mal la
penitencia. No tiene nada que ver con maltratarse o con Los escrúpulos. La
penitencia no es estar dando vueltas sobre lo mala persona que soy. La
penitencia nos libera y nos anima a empezar de nuevo.
(Comentario CIC) (C.I.C 1439)
El proceso de la conversión y de la
penitencia fue descrito maravillosamente por Jesús en la parábola llamada
"del hijo pródigo", cuyo centro es "el Padre
misericordioso" (Cf. Lc 15,11-24): la fascinación de una libertad
ilusoria, el abandono de la casa paterna; la miseria extrema en que el hijo se
encuentra tras haber dilapidado su fortuna; la humillación profunda de verse
obligado a apacentar cerdos, y peor aún, la de desear alimentarse de las
algarrobas que comían los cerdos; la reflexión sobre los bienes perdidos; el
arrepentimiento y la decisión de declararse culpable ante su padre, el camino
del retorno; la acogida generosa del padre; la alegría del padre: todos estos
son rasgos propios del proceso de conversión. El mejor vestido, el anillo y el
banquete de fiesta son símbolos de esta vida nueva, pura, digna, llena de
alegría que es la vida del hombre que vuelve a Dios y al seno de su familia,
que es la Iglesia. Sólo el corazón de Cristo que conoce las profundidades del
amor de su Padre, pudo revelarnos el abismo de su misericordia de una manera tan
llena de simplicidad y de belleza.
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