lunes, 18 de diciembre de 2017

Comentario CIC al YouCat Pregunta n. 235



YOUCAT Pregunta n. - 235 ¿Puede uno confesarse también cuando no se han cometido pecados graves?


(Respuesta YouCat) La confesión es también en esa ocasión el gran regalo de la curación y de la unión más íntima con el Señor, aunque estrictamente uno no estuviera obligado a confesarse.    

Reflecciones y puntos a profundizar (Comentario CIC) (C.I.C 1458a) Sin ser estrictamente necesaria, la confesión de los pecados veniales, sin embargo, se recomienda vivamente por la Iglesia (cf. Concilio de Trento: DS 1680;  CIC canon 988, 2). En efecto, la confesión habitual de los pecados veniales ayuda a formar la conciencia, a luchar contra las malas inclinaciones, a dejarse curar por Cristo, a progresar en la vida del Espíritu. Cuando se recibe con frecuencia, mediante este sacramento, el don de la misericordia del Padre, el creyente se ve impulsado a ser él también misericordioso (cf. Lc 6,36):

Para meditar  
(Comentario YouCat)   En muchos encuentros eclasiales, como en las Jornadas Mundiales de la Juventud, se ve a jóvenes que se reconcilian con Dios. Cristianos que se toman en serio el seguimiento de Jesús buscan la alegría que viene de un nuevo comienzo radical con Dios. Incluso los santos acudían regularmente a la confesión cuando era posible. Lo necesitaban para crecer en la humildad y en el amor y para dejarse tocar por la luz sanadora de Dios hasta el último rincón del alma. 

(Comentario CIC)  (C.I.C 1458b)  “Quien confiesa y se acusa de sus pecados hace la pace con Dios. Dios reprueba tus pecados. Si tú haces lo mismo, te unes a Dios. Hombre y pecador son dos cosas distintas; cuando oyes, hombre, oyes lo que hizo Dios; cuando oyes, pecador, oyes, lo que el mismo hombre  hizo. Deshaz lo que hiciste para que Dios salve lo que hizo. Es preciso que aborrezcas tu obra y que ames en ti la obra de Dios. Cuando empiezas a detestar lo que hiciste, entonces empiezan tu buenas obras, porque repruebas las tuyas malas. […] Practicas la verdad y vienes a la luz” (San Agustín, In Iohannis evangelium tractatus, 12, 13: PL 35, 1491). 

(Siguiente Pregunta: Por qué sólo los sacerdotes pueden perdonar pecados?) 

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