lunes, 29 de junio de 2015
466. ¿Por qué ha de ser respetada la vida humana? (Primera parte)
(Compendio 466) La vida
humana ha de ser respetada porque es sagrada. Desde el comienzo supone la
acción creadora de Dios y permanece para siempre en una relación especial con
el Creador, su único fin. A nadie le es lícito destruir directamente a un ser
humano inocente, porque es gravemente contrario a la dignidad de la persona y a
la santidad del Creador. «No quites la vida del inocente y justo» (Ex 23, 7).
Resumen
(C.I.C 2318) ‘Dios […] tiene en su mano el alma de todo ser
viviente y el soplo de toda carne de hombre’ (Jb 12, 10). (C.I.C 2319) Toda
vida humana, desde el momento de la concepción hasta la muerte, es sagrada,
pues la persona humana ha sido amada por sí misma a imagen y semejanza del Dios
vivo y santo.
Profundizar y modos de explicaciones
(C.I.C 2258) “La vida
humana ha de ser tenida como sagrada, porque desde su inicio es fruto de la
acción creadora de Dios y permanece siempre en una especial relación con el
Creador, su único fin. Sólo Dios es Señor de la vida desde su comienzo hasta su
término; nadie, en ninguna circunstancia, puede atribuirse el derecho de matar
de modo directo a un ser humano inocente” (Instr. Donum vitae, Introducción, 5).
Para la reflexión
(C.I.C 2259) La Escritura, en el relato de la muerte de Abel
a manos de su hermano Caín (Cf. Gn 4, 8-12), revela, desde los comienzos de la
historia humana, la presencia en el hombre de la ira y la codicia,
consecuencias del pecado original. El hombre se convirtió en el enemigo de sus
semejantes. Dios manifiesta la maldad de este fratricidio: ‘¿Qué has hecho? Se
oye la sangre de tu hermano clamar a mí desde el suelo. Pues bien: maldito
seas, lejos de este suelo que abrió su boca para recibir de tu mano la sangre
de tu hermano’ (Gn 4, 10-11).
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