sábado, 20 de junio de 2015
459. ¿Cuáles son los deberes de los hijos hacia sus padres? (Tercera parte - continuación)
(Compendio 459 - repetición) Los
hijos deben a sus padres respeto (piedad filial), reconocimiento, docilidad y
obediencia, contribuyendo así, junto a las buenas relaciones entre hermanos y
hermanas, al crecimiento de la armonía y de la santidad de toda la vida
familiar. En caso de que los padres se encuentren en situación de pobreza, de
enfermedad, de soledad o de ancianidad, los hijos adultos deben prestarles ayuda
moral y material.
Resumen
(C.I.C 2251) Los hijos deben a sus padres respeto, gratitud,
justa obediencia y ayuda. El respeto filial favorece la armonía de toda la vida
familiar.
Profundizar y modos de explicaciones
(C.I.C 2218) El cuarto mandamiento recuerda a los hijos
mayores de edad sus responsabilidades
para con los padres. En la medida en que ellos pueden, deben prestarles
ayuda material y moral en los años de vejez y durante sus enfermedades, y en
momentos de soledad o de abatimiento. Jesús recuerda este deber de gratitud (Cf.
Mc 7, 10-12). “El Señor glorifica al padre en los hijos, y afirma el derecho de
la madre sobre su prole. Quien honra a su padre expía sus pecados; como el que
atesora es quien da gloria a su madre. Quien honra a su padre recibirá contento
de sus hijos, y en el día de su oración será escuchado. Quien da gloria al
padre vivirá largos días, obedece al Señor quien da sosiego a su madre” (Si 3,
2-6). “Hijo, cuida de tu padre en su vejez, y en su vida no le causes tristeza.
Aunque haya perdido la cabeza, sé indulgente, no le desprecies en la plenitud
de tu vigor [...] Como blasfemo es el que abandona a su padre, maldito del
Señor quien irrita a su madre” (Si 3, 12-13. 16).
Para la reflexión
(C.I.C 2220) Los cristianos están obligados a una especial
gratitud para con aquellos de quienes recibieron el don de la fe, la gracia del
bautismo y la vida en la Iglesia. Puede tratarse de los padres, de otros
miembros de la familia, de los abuelos, de los pastores, de los catequistas, de
otros maestros o amigos. ‘Evoco el recuerdo […] de la fe sincera que tú tienes,
fe que arraigó primero en tu abuela Loida y en tu madre Eunice, y sé que
también ha arraigado en ti’ (2Tm 1, 5). [Fin]
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario