453. ¿Cómo se santifica el domingo? (Primera
parte)
(Compendio 453 - repetición) Los cristianos santifican el domingo y las demás fiestas de precepto participando en la Eucaristía del Señor y absteniéndose de las actividades que les impidan rendir culto a Dios, o perturben la alegría propia del día del Señor o el descanso necesario del alma y del cuerpo. Se permiten las actividades relacionadas con las necesidades familiares o los servicios de gran utilidad social, siempre que no introduzcan hábitos perjudiciales a la santificación del domingo, a la vida de familia y a la salud.
Resumen
(C.I.C 2192) ‘El domingo […] ha de observarse en toda la
Iglesia como fies ta primordial de precepto‘ (CIC canon 1246, 1). ‘El domingo y
las demás fies tas de precepto, los fieles tienen obligación de participar en
la misa’ (CIC canon 1247).
Profundizar y modos de explicaciones
(C.I.C 2177) La celebración dominical del día y de la
Eucaristía del Señor tiene un papel principalísimo en la vida de la Iglesia.
‘El domingo, en el que se celebra el misterio pascual, por tradición
apostólica, ha de observarse en toda la Iglesia como fiesta primordial de
precepto’ (CIC canon 1246, 1). "Igualmente deben observarse los días de
Navidad, Epifanía, Ascensión, Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo, Santa María
Madre de Dios, Inmaculada Concepción y Asunción, San José, Santos Apóstoles
Pedro y Pablo y, finalmente, todos los Santos" (CIC canon 1246, 1). (C.I.C
2178) Esta práctica de la asamblea cristiana se remonta a los comienzos de la
edad apostólica (Cf. Hch 2, 42-46; 1Co 11, 17). La carta a los Hebreos dice:
‘No abandonéis vuestra asamblea, como algunos acostumbran hacerlo, antes bien,
animaos mutuamente’ (Hb 10, 25). “La tradición conserva el recuerdo de una
exhortación siempre actual: ‘Venir temprano a la iglesia, acercarse al Señor y
confesar sus pecados, arrepentirse en la oración [...] Asistir a la sagrada y
divina liturgia, acabar su oración y no marcharse antes de la despedida [...]
Lo hemos dicho con frecuencia: este día os es dado para la oración y el
descanso. Es el día que ha hecho el Señor. En él exultamos y nos gozamos”. (Pseudo-Eusebio
de Alejandría, Sermo de die Dominica:
PG 86/1, 416 y 421).
Para la reflexión
(C.I.C 2179) ‘La parroquia es una determinada comunidad de
fieles constituida de modo estable en la Iglesia particular, cuya cura
pastoral, bajo la autoridad del obispo diocesano, se encomienda a un párroco,
como su pastor propio’ (CIC canon 515, 1). Es el lugar donde todos los fieles
pueden reunirse para la celebración dominical de la Eucaristía. La parroquia
inicia al pueblo cristiano en la expresión ordinaria de la vida litúrgica, le
congrega en esta celebración; le enseña la doctrina salvífica de Cristo.
Practica la caridad del Señor en obras buenas y fraternas: “También puedes orar
en casa; sin embargo no puedes orar igual que en la iglesia, donde son muchos
los reunidos, donde el grito de todos se eleva a Dios como desde un solo
corazón. Hay en ella algo más: la unión de los espíritus, la armonía de las
almas, el vínculo de la caridad, las oraciones de los sacerdotes” (San Juan
Crisóstomo, De incomprehensibili Dei
natura seu contra Anomoeos, 3, 6: PL 48, 725). (Continua)
(Continua la pregunta: ¿Cómo se santifica el domingo?)
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