jueves, 25 de junio de 2015
462. ¿Son un bien absoluto los vínculos familiares?
(Compendio 462) Los
vínculos familiares, aunque sean importantes, no son absolutos, porque la
primera vocación del cristiano es seguir a Jesús, amándolo: «El que ama su
padre o a su madre más que a mí no es digno de mí» (Mt 10, 37). Los padres
deben favorecer gozosamente el seguimiento de Jesús por parte de sus hijos en
todo estado de vida, también en la vida consagrada y en el ministerio
sacerdotal.
Resumen
(C.I.C 2248) De conformidad con el cuarto mandamiento, Dios
quiere que, después que a Él, honremos a
nuestros padres y a los que Él reviste de
autoridad para nuestro bien.
Profundizar y modos de explicaciones
(C.I.C 2232) Los vínculos familiares, aunque son muy
importantes, no son absolutos. A la par que el hijo crece hacia una madurez y
autonomía humanas y espirituales, la vocación singular que viene de Dios se
afirma con más claridad y fuerza. Los padres deben respetar esta llamada y
favorecer la respuesta de sus hijos para seguirla. Es preciso convencerse de
que la vocación primera del cristiano es
seguir a Jesús (Cf. Mt 16, 25): “El que ama a su padre o a su madre más que
a mí, no es digno de mí; el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es
digno de mí” (Mt 10, 37).
Para la reflexión
(C.I.C 2233) Hacerse discípulo de Jesús es aceptar la
invitación a pertenecer a la familia de
Dios, a vivir en conformidad con su manera de vivir: ‘El que cumpla la
voluntad de mi Padre celestial, éste es mi hermano, mi hermana y mi madre’ (Mt
12, 49). Los padres deben acoger y respetar con alegría y acción de gracias el
llamamiento del Señor a uno de sus hijos para que le siga en la virginidad por
el Reino, en la vida consagrada o en el ministerio sacerdotal.
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