miércoles, 10 de junio de 2015
454. ¿Por qué es importante reconocer civilmente el domingo como día festivo?
(Compendio 454) Es
importante que el domingo sea reconocido civilmente como día festivo, a fin de
que todos tengan la posibilidad real de disfrutar del suficiente descanso y del
tiempo libre que les permitan cuidar la vida religiosa, familiar, cultural y social;
de disponer de tiempo propicio para la meditación, la reflexión, el silencio y
el estudio, y de dedicarse a hacer el bien, en particular en favor de los
enfermos y de los ancianos.
Resumen
(C.I.C 2194) La institución del domingo contribuye a que todos
disfruten de un ‘reposo y ocio suficientes para cultivar la vida familiar,
cultural, social y religiosa‘ (Gaudium et spes, 67).
(C.I.C 2195) Todo cristiano debe evitar imponer, sin necesidad, a otro
impedimentos para guardar el día del Señor.
Profundizar y modos de explicaciones
(C.I.C 2186) Los cristianos que disponen de tiempo de
descanso deben acordarse de sus hermanos que tienen las mismas necesidades y
los mismos derechos y no pueden descansar a causa de la pobreza y la miseria.
El domingo está tradicionalmente consagrado por la piedad cristiana a obras
buenas y a servicios humildes para con los enfermos, débiles y ancianos. Los
cristianos deben santificar también el domingo dedicando a su familia el tiempo
y los cuidados difíciles de prestar los otros días de la semana. El domingo es
un tiempo de reflexión, de silencio, de cultura y de meditación, que favorecen
el crecimiento de la vida interior y cristiana. (C.I.C 2188) En el respeto de
la libertad religiosa y del bien común de todos, los cristianos deben
esforzarse por obtener el reconocimiento de los domingos y días de fiesta de la
Iglesia como días festivos legales. Deben dar a todos un ejemplo público de
oración, de respeto y de alegría, y defender sus tradiciones como una
contribución preciosa a la vida espiritual de la sociedad humana. Si la
legislación del país u otras razones obligan a trabajar el domingo, este día
debe ser al menos vivido como el día de nuestra liberación que nos hace
participar en esta ‘reunión de fiesta’, en esta ‘asamblea de los primogénitos
inscritos en los cielos’ (Hb 12, 22-23).
Para la reflexión
(C.I.C 2187) Santificar los domingos y los días de fiesta
exige un esfuerzo común. Cada cristiano debe evitar imponer sin necesidad a
otro lo que le impediría guardar el día del Señor. Cuando las costumbres (deportes,
restaurantes, etc.) y los compromisos sociales (servicios públicos, etc.)
requieren de algunos un trabajo dominical, cada uno tiene la responsabilidad de
dedicar un tiempo suficiente al descanso. Los fieles cuidarán con moderación y
caridad evitar los excesos y las violencias engendrados a veces por
espectáculos multitudinarios. A pesar de las presiones económicas, los poderes
públicos deben asegurar a los ciudadanos un tiempo destinado al descanso y al
culto divino. Los patronos tienen una obligación análoga con respecto a sus
empleados.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario