domingo, 14 de junio de 2015
456. ¿Cuál es la naturaleza de la familia en el plan de Dios? (Segunda parte - continuación)
(Compendio 456 - repetición) En el
plan de Dios, un hombre y una mujer, unidos en matrimonio, forman, por sí
mismos y con sus hijos, una familia. Dios ha instituido la familia y le ha
dotado de su constitución fundamental. El matrimonio y la familia están
ordenados al bien de los esposos y a la procreación y educación de los hijos.
Entre los miembros de una misma familia se establecen relaciones personales y
responsabilidades primarias. En Cristo la familia se convierte en Iglesia
doméstica, porque es una comunidad de fe, de esperanza y de amor.
Resumen
(C.I.C 2249) La comunidad conyugal está establecida sobre la
alianza y el consentimiento de los esposos. El matrimonio y la familia están
ordenados al bien de los cónyuges, a la procreación y a la educación de los
hijos.
Profundizar y modos de explicaciones
(C.I.C 2204) ‘La familia cristiana constituye una revelación
y una actuación específicas de la comunión eclesial; por eso [...] puede y debe
decirse Iglesia doméstica’ (Familiaris
consortio, 21; cf. Lumen gentium, 11). Es una comunidad de
fe, esperanza y caridad, posee en la Iglesia una importancia singular como
aparece en el Nuevo Testamento (Cf. Ef 5, 21-6, 4; Col 3, 18-21; 1P 3, 1-7).
(C.I.C 1656) En nuestros días, en un mundo
frecuentemente extraño e incluso hostil a la fe, las familias creyentes tienen
una importancia primordial en cuanto faros de una fe viva e irradiadora. Por
eso el Concilio Vaticano II llama a la familia, con una antigua expresión, Ecclesia domestica (Lumen gentium, 11;
Cf. Familiaris consortio, 21). En el
seno de la familia, "los padres han de ser para sus hijos los primeros
anunciadores de la fe con su palabra y con su ejemplo, y han de fomentar la
vocación personal de cada uno y, con especial cuidado, la vocación a la vida
consagrada" (Lumen gentium,
11).
Para la reflexión
(C.I.C 2205) La familia cristiana es una comunión de
personas, reflejo e imagen de la comunión del Padre y del Hijo en el Espíritu
Santo. Su actividad procreadora y educativa es reflejo de la obra creadora de
Dios. Es llamada a participar en la oración y el sacrificio de Cristo. La
oración cotidiana y la lectura de la Palabra de Dios fortalecen en ella la
caridad. La familia cristiana es evangelizadora y misionera. (C.I.C 2206) Las
relaciones en el seno de la familia entrañan una afinidad de sentimientos,
afectos e intereses que provienen sobre todo del mutuo respeto de las personas.
La familia es una comunidad privilegiada
llamada a realizar un ‘propósito común de los esposos y una cooperación
diligente de los padres en la educación de los hijos’ (Gaudium et spes, 52). [Fin]
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario