domingo, 29 de marzo de 2015
410. ¿Cómo participa el hombre en la realización del bien común?
(Compendio 410) Todo hombre, según el lugar que ocupa y
el papel que desempeña, participa en la realización del bien común, respetando
las leyes justas y haciéndose cargo de los sectores en los que tiene
responsabilidad personal, como son el cuidado de la propia familia y el
compromiso en el propio trabajo. Por otra parte, los ciudadanos deben tomar
parte activa en la vida pública, en la medida en que les sea posible.
Resumen
(C.I.C 1926)
La dignidad de la persona humana implica la búsqueda del bien común. Cada cual
debe preocuparse por suscitar y sostener instituciones que mejoren las
condiciones de la vida humana.
Profundizar y modos de explicaciones
(C.I.C 1913) La participación es el compromiso voluntario y
generoso de la persona en los intercambios sociales. Es necesario que todos
participen, cada uno según el lugar que ocupa y el papel que desempeña, en
promover el bien común. Este deber es inherente a la dignidad de la persona
humana. (C.I.C 1914) La participación se
realiza ante todo con la dedicación a las tareas cuya responsabilidad personal se asume: por la atención prestada a la
educación de su familia, por la responsabilidad en su trabajo, el hombre
participa en el bien de los demás y de la sociedad (Cf. Centesimus annus, 43). (C.I.C 1915) Los ciudadanos deben
cuanto sea posible tomar parte activa en la vida
pública. Las modalidades de esta participación pueden variar de un país a
otro o de una cultura a otra. ‘Es de alabar la conducta de las naciones en las
que la mayor parte posible de los ciudadanos participa con verdadera libertad
en la vida pública’ (Gaudium et spes,
31).
Para la reflexión
(C.I.C 1916) La participación de todos en la promoción del bien
común implica, como todo deber ético, una conversión,
renovada sin cesar, de los miembros de la sociedad. El fraude y otros
subterfugios mediante los cuales algunos escapan a la obligación de la ley y a
las prescripciones del deber social deben ser firmemente condenados por
incompatibles con las exigencias de la justicia. Es preciso ocuparse del
desarrollo de instituciones que mejoran las condiciones de la vida humana (Cf. Gaudium et spes, 30). (C.I.C 1917)
Corresponde a los que ejercen la autoridad reafirmar los valores que engendran
confianza en los miembros del grupo y los estimulan a ponerse al servicio de
sus semejantes. La participación comienza por la educación y la cultura.
‘Podemos pensar, con razón, que la suerte futura de la humanidad está en manos
de aquellos que sean capaces de transmitir a las generaciones venideras razones
para vivir y para esperar’ (Gaudium et
spes, 31).
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