jueves, 5 de marzo de 2015
388. ¿Qué es la caridad? (Segunda parte - continuación)
(Compendio 388 - repetición) La
caridad es la virtud teologal por la cual amamos a Dios sobre todas las cosas y
a nuestro prójimo como a nosotros mismos por amor a Dios. Jesús hace de ella el
mandamiento nuevo, la plenitud de la Ley. Ella es «el vínculo de la perfección»
(Col 3, 14) y el fundamento de las demás virtudes, a las que anima, inspira y
ordena: sin ella «no soy nada» y «nada me aprovecha» (1 Co 13, 2-3).
Resumen
(C.I.C 1844) Por la caridad amamos
a Dios sobre todas las cosas y a nuestro prójimo como a nosotros mismos por
amor de Dios. Es el ‘vínculo de la perfección’ (Col 3, 14) y la forma de todas
las virtudes.
Profundizar y modos de explicaciones
(C.I.C 1826) Si no tengo caridad,
dice también el apóstol, “nada soy”. Y todo lo que es privilegio, servicio,
virtud misma... si no tengo caridad, “nada me aprovecha” (1Co 13, 1-4). La
caridad es superior a todas las virtudes. Es la primera de las virtudes
teologales: “Ahora subsisten la fe, la esperanza y la caridad, estas tres. Pero
la mayor de todas ellas es la caridad”
(1Co 13,13). (C.I.C 1827) El ejercicio de
todas las virtudes está animado e inspirado por la caridad. Esta es ‘el vínculo
de la perfección’ (Col 3, 14); es la forma
de las virtudes; las articula y las ordena entre sí; es fuente y término de
su práctica cristiana. La caridad asegura y purifica nuestra facultad humana de
amar. La eleva a la perfección sobrenatural del amor divino.
Para la reflexión
(C.I.C 1828) “La práctica de la
vida moral animada por la caridad da al cristiano la libertad espiritual de los
hijos de Dios. Este no se halla ante Dios como un esclavo, en el temor servil,
ni como el mercenario en busca de un jornal, sino como un hijo que responde al
amor del ‘que nos amó primero’ (1Jn 4,19): “O nos apartamos del mal por temor
del castigo y estamos en la disposición del esclavo, o buscamos el incentivo de
la recompensa y nos parecemos a mercenarios, o finalmente obedecemos por el
bien mismo del amor del que manda [...] y entonces estamos en la disposición de
hijos” (San Basilio Magno, Regulae fusius
tractatae prol. 3: PG 31, 896). (C.I.C
1829) La caridad tiene por frutos el gozo, la paz y la misericordia. Exige la práctica del
bien y la corrección fraterna; es benevolencia; suscita la reciprocidad; es
siempre desinteresada y generosa; es amistad y comunión: “La culminación de
todas nuestras obras es el amor. Ese es el fin; para conseguirlo, corremos;
hacia él corremos; una vez llegados, en él reposamos” (San Agustín, In
epistulam Ioannis ad Parthos tractatus,
10, 4: PL 35, 2056-2057). [Fin]
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